El primer proyecto fue elaborado para ejecutarse en el pozo Warnes X1 en Santa Cruz; otra alternativa energética es el biogás que se puede obtener de ingenios azucareros bolivianos. Los proyectos pueden ser ejecutados en menos de un año y con bajas inversiones.
El Bitcoin podría ser una alternativa para mitigar la escasez de dólares en Bolivia. Su minería convierte energía en poder de cómputo, permitiendo a los mineros (computadoras) obtener recompensas en Bitcoin, un activo con valor real en mercados globales. A través de “pools” de minería, se optimiza este proceso, monetizando fuentes de energía no aprovechadas, como el “flare gas” y el Biogas. El ingeniero cochabambino que estudió en Santa Cruz y se especializó en Estados Unidos, Diego Monroy Marinković, fue entrevistado por eco$com sobre este tema brindando respuestas que deberían ser tomadas en cuenta por autoridades de gobierno, empresarios y profesionales que buscan fuentes de ingresos:
Bolivia posee un enorme potencial para la minería de Bitcoin gracias al “flare gas” (antorchas de gas), una fuente de energía desaprovechada que actualmente se quema sin generar valor en plantas de procesamiento de campos petroleros como Margarita, Incahuasi y Monte Cristo, entre otros. En estos sitios, grandes volúmenes de gas son eliminados mediante antorchas de combustión, utilizadas tanto como mecanismo de seguridad para aliviar sobrepresiones en las plantas como para mitigar las emisiones de metano, un gas de efecto invernadero significativamente más dañino que el CO₂ y que bien podría ser convertido en electricidad para suministrar energía a “data centers” de minería de Bitcoin.
Adicionalmente, el 31 de enero de este año, tuve la oportunidad de asistir al XVIII Simposio de ATACBOL (Asociación de Técnicos de la Agroindustria Cañera Boliviana), y exponer el potencial de la industria sucroalcoholera para aprovechar el biogás generado por la descomposición de la vinaza y la torta de filtración-subproductos orgánicos del proceso de extracción de la caña de azúcar-para conseguir el mismo propósito, es decir, minar bitcoins. En este caso y través de biodigestores, es posible transformar estos residuos en biogás de alta calidad, que también puede alimentar generadores eléctricos y suministrar energía a “data centers” de minería de Bitcoin, promoviendo así un modelo de economía circular. Este enfoque permitiría producir electricidad a un costo inferior al precio subvencionado en parques industriales, que actualmente ronda los $us 0.06/kWh, lo cual es un factor clave para competir en la industria de la minería de Bitcoin y otros criptoactivos, donde el bajo costo energético es un elemento determinante de rentabilidad.
Por otro lado, Bolivia cuenta con profesionales en ingeniería eléctrica, telecomunicaciones y desarrollo de software que podrían adaptarse a este tipo de operación con la capacitación adecuada. No obstante, el país aún carece de una regulación específica al respecto que debería derivar de una política de Estado clara que fomente el desarrollo y la inversión en infraestructura específica para que la industria involucrada (hidrocarburífera y sucroalcoholera, por ejemplo), pueda destinar sus desechos energéticos a la generación de electricidad para la minería de bitcoin.
El proyecto piloto en el Pozo Warnes X1 contará con una capacidad instalada de 90 kW (kilovatios), alimentada por “flare gas”. Esta capacidad fue dimensionada en función del volumen de gas que actualmente se quema sin generar ingresos, el cual asciende a 206.712,64 m³ por año.
Con esta infraestructura, se estima una producción mensual de entre 0,04 y 0,2 Bitcoins, suponiendo un precio promedio del Bitcoin de $us 100.000. En términos de infraestructura, cada equipo de minería instalado en Warnes tendrá una capacidad de cómputo de 112 TH/s (terahashes por segundo), y en total se desplegarán 24 equipos, sumando una capacidad de 2.688 TH/s. Consecuentemente, este nivel de cómputo permite aprovechar de manera eficiente la energía generada a partir del “flare gas”, convirtiéndolo en un modelo rentable y sostenible.
Sin embargo, para comprender el modelo de negocio de la minería de Bitcoin, es fundamental diferenciar dos variables clave: el precio del Bitcoin y el hashprice. Actualmente, el hashprice—que representa la remuneración por cada unidad de capacidad computacional (TH/s) puesta a disposición en una piscina de minería en la nube—tiene un valor aproximado de $us 0.09 por TH/s al día, sin embargo, en base a la información histórica, se apunta a un valor de $us 0.3 por TH/s al día en los siguientes meses. Este valor es dinámico y varía según las condiciones de oferta y demanda del mercado.
¿Cuánta energía se requiere para crear una mina de criptoactivos pequeña, mediana y grande?
El consumo energético es clave, ya que la minería de Bitcoin se basa en la capacidad computacional (hashrate), que requiere electricidad constante y de bajo costo para ser rentable.
¿Existen los profesionales con conocimiento suficiente para crear una mina de criptoactivos en Bolivia?
Bolivia cuenta con ingenieros y técnicos especializados en electricidad, telecomunicaciones, programación y procesos industriales, lo que facilita su capacitación en tecnologías blockchain. Sin embargo, la minería de Bitcoin es una industria altamente especializada que requiere transferencia tecnológica e inversión, además de formación específica en hardware de minería, optimización energética y gestión de “data centers” para garantizar operaciones eficientes y rentables.
Por otro lado, el desarrollo de biodigestores para la generación de biogás aún no ha alcanzado una escala significativa en Bolivia, a pesar de su enorme potencial en economía circular, reducción de emisiones y sostenibilidad. Este modelo es de gran interés para organismos internacionales que promueven el desarrollo de energías renovables limpias y sostenibles, ya que permite monetizar la energía generada de manera más eficiente que su simple venta dentro del sistema interconectado del país. La minería de Bitcoin impulsada por biogás ofrece una manera innovadora de aprovechar estos recursos energéticos desaprovechados, similar a lo que se puede hacer con el “flare gas” en la industria hidrocarburífera”.
¿En cuánto tiempo se puede tener una mina de criptomonedas en Bolivia?
Depende del tamaño del proyecto:
El tiempo de implementación también varía según la disponibilidad de “flare gas” o fuentes de energía alternativas, como biogás, así como la posibilidad de integrar sistemas híbridos que combinan energía solar y eólica para optimizar la generación eléctrica.
¿Cuáles son las limitaciones legales, técnicas y económicas para crear una mina de criptoactivos?
A pesar de estas limitaciones, iniciativas como el proyecto piloto en Warnes pueden sentar un precedente para el desarrollo de una industria sostenible en el país. Además, a largo plazo, esta actividad podría contribuir a la creación de una reserva estratégica de Bitcoin a nivel nacional, lo que ayudaría a mitigar parcialmente la escasez de dólares en la economía boliviana.
¿Qué es un Agrotoken?
En agosto de 2024, organizamos la primera edición del Bolivia Blockchain Summit en Santa Cruz de la Sierra, un evento pionero en el país que reunió a especialistas nacionales e internacionales para debatir sobre soluciones basadas en tecnología blockchain y su aplicación en el contexto boliviano.
Uno de los invitados destacados fue Eduardo Novillo, CEO de Agrotoken, ahora JusToken, una empresa argentina que desarrolló una solución innovadora para enfrentar la devaluación del peso argentino y la escasez de dólares en su país. Su enfoque se basa en la tokenización de activos reales, comenzando con la tokenización de granos de soya, lo que permitió a los productores agrícolas acceder a liquidez en dólares sin vender su cosecha inmediatamente.
Por tanto, un Agrotoken es un activo digital basado en blockchain que representa productos agrícolas como soya, maíz o trigo. Estos tokens brindan seguridad en las transacciones y facilitan el acceso al crédito y financiamiento, al estar respaldados por activos físicos, como la soya, por ejemplo. Para el sector, actúan como warrants digitales de granos, pero con mayores prestaciones y flexibilidad en servicios y productos financieros. Esta propuesta ha demostrado ser una alternativa viable para economías con restricciones cambiarias y podría ser una solución inmediata para la actual escasez de dólares en Bolivia.
Agrotoken consolidó su modelo con el respaldo de bancos internacionales como Banco Galicia, Santander y Banco Do Brasil, y expandió su alcance mediante una asociación con Visa, lo que permitió a los usuarios contar con una tarjeta Visa fondeada con Agrotokens. Gracias a esta solución, los productores argentinos pueden operar con total normalidad en el mercado financiero global, utilizando sus tokens como respaldo, sin necesidad de conocer los detalles técnicos de la tokenización. En Bolivia, este modelo puede aplicarse para optimizar la comercialización y el financiamiento del sector agroindustrial, brindando a los productores una herramienta eficiente para acceder a liquidez en dólares.
Por otro lado, el ciudadano común puede considerar el Agrotoken como una alternativa para preservar el valor de sus ahorros a lo largo del tiempo. Además, representa una solución práctica ante la escasez de dólares, ya que permite fondear y respaldar tarjetas de crédito o débito sin las restricciones actuales. De este modo, los usuarios pueden disponer de su saldo en dólares de manera íntegra, facilitando pagos a proveedores en el extranjero o el acceso a divisas para viajes internacionales, sin las limitaciones impuestas actualmente.
¿Los Agrotokens pueden ser una solución más inmediata para Bolivia?
Sí, además, esta iniciativa representa una oportunidad para modernizar la industria agropecuaria en Bolivia. La implementación del Agrotoken requiere la creación de un índice nacional de granos, con una cotización diaria vinculada al índice de Chicago, el principal referente internacional para el precio de materias primas en los mercados bursátiles. Esta actualización del modelo económico permitiría no solo viabilizar el uso de Agrotokens, sino también desarrollar mercados de futuros a nivel nacional, facilitando la introducción de nuevos instrumentos financieros como contratos a futuro para granos y otras materias primas.
En una primera etapa, se podría operar con un índice internacional hasta consolidar un índice local, lo que aceleraría el proceso de adopción sin retrasos regulatorios. Desde el punto de vista tecnológico, la infraestructura blockchain utilizada para la emisión y gestión de Agrotokens sería licenciada a través de JusToken, siguiendo el modelo de éxito aplicado en Argentina y Brasil, donde ya se han creado ecosistemas de transacción de Agrotokens que integran a bancos, acopiadoras, productores, clientes y proveedores de insumos.
Para implementar este modelo en Bolivia, es fundamental contar con el respaldo de acopiadoras y un banco local, lo que garantizaría la confianza del sistema financiero tradicional y facilitaría la aprobación regulatoria por parte de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) y el Banco Central de Bolivia. Este enfoque ha demostrado ser exitoso en Brasil y Argentina, dos de los mayores productores de soya a nivel mundial, donde Agrotoken ya opera como una solución confiable y ampliamente aceptada en el sector agroindustrial.
No necesariamente. La creación de una criptomoneda nacional requeriría un sólido respaldo financiero y un marco regulatorio claro para evitar problemas como la volatilidad e inflación. En lugar de asumir estos riesgos, Bolivia podría beneficiarse de la tokenización de activos reales, como los Agrotokens o bonos de carbono, los cuales ofrecen una alternativa más estable y confiable para impulsar la economía sin estar sujetos a especulación.
Esto minimizaría el riesgo de un colapso financiero, como el caso de Terra Luna, que perdió $us 45.000 millones en cuestión de días, o el Petro Token venezolano, que terminó fuera de circulación debido a la falta de respaldo y aceptación en el mercado.
¿Cuánto se requiere de inversión para una mina y en cuánto tiempo se recupera el capital?
El porcentaje de ganancia depende del hashprice y el precio del Bitcoin. En un escenario favorable, la rentabilidad puede superar el 180% anual en proyectos bien estructurados.
En pocas palabras, perfil de Diego Monroy Marinković