Los equipos potosinos son los que más recursos económicos mueven en Bolivia gracias al aporte de los mineros
En la Liga Boliviana de Básquet (LIBO BÁSQUET) un equipo modesto como Kinwa Club de La Paz puede mantenerse con un presupuesto aproximado mensual de 5.000 dólares, mientras que algunos equipos pudientes, como es el caso de los potosinos, pueden erogar hasta 15.000 dólares mensualmente. El básquetbol, pese a ser el segundo deporte más importante de Bolivia, está muy lejos de los presupuestos de los equipos de fútbol; pero el amor al deporte mantiene los corazones de los clubes e hinchas que gritan los cestos convertidos.
Nada es gratis, nos dice Arturo Beckwith, asistente de Kinwa Club, debemos pagar escenarios de entrenamiento, gimnasios, árbitros, médicos, campo deportivo, pasajes y también una pequeña remuneración a los 12 jugadores y cuerpo técnico, no tan pequeña, si se trata de alguna estrella extranjera que refuerza el equipo, agrega el impulsor del club paceño que ya tiene 11 años.
Si se quiere ganar dinero en el básquet se debe invertir en la contratación de jugadores argentinos, brasileños y alguna vez estadounidenses, así se llenan coliseos; por el contrario, con inversiones mínimas se tienen situaciones económicas difíciles, tampoco se puede acudir al Estado y son raras las empresas que auspician clubes de baloncesto.
Los equipos más fuertes económicamente son los potosinos y orureños porque tienen el respaldo de los mineros, comenta Beckwith, quien en cada campeonato sueña con llegar a las finales, cuando los coliseos quedan repletos de aficionados y se cobran las entradas más altas que suelen llegar a los 30 bolivianos.
Al igual que en el fútbol, también se vende jugadores a equipos extranjero, algunos jóvenes bolivianos salieron a Estados Unidos, donde parte de su paga es el estudio en universidades de prestigio.
Por lo señalado, el básquet en Bolivia, más que un negocio es una práctica por “amor al deporte” y los equipos de la LIBO son un conjunto de quijotes que sueñan con levantar la copa como mayor satisfacción, aunque sus bolsillos estén flacos.