Los Uru Muratos de la comunidad Puñaka Tinta María al noreste del reseco Lago Poopó que sobrevivieron por miles de años en un ecosistema lacustre, actualmente deteriorado por una sequía prolongada y contaminado por la actividad minera, lograron el restablecimiento de agua potable después de un mes de espera y que es suministrada desde el municipio de Poopó, a unos nueve kilómetros de distancia.
Los urus conservan su origen en la memoria colectiva de sus habitantes, recuerdan en la reminiscencia de sus abuelos que son descendientes de una humanidad primordial, de los primeros habitantes del altiplano andino.
Erasmo Zuna, Alcalde comunal de Puñaka Tinta María donde vive una veintena de familias en insuficientes cinco hectáreas, sobre un terreno que está árido y salinizado en la provincia del mismo nombre del departamento de Oruro, informó que “hace un par de días y de forma sorprendente el agua potable fue restablecida, después que estuvimos más de 30 días sin el suministro, por lo que no se descarta una inspección del trayecto que tiene el tubo de abastecimiento”.
Hace unos días el líder de los Uru Muratos dijo “vamos a cumplir con un ritual milenario y junto con otros comunarios, se aproximaron a la orilla del reseco Lago Poopó, donde fue posible pisar el limo salinizado que contiene minerales enterrados por la actividad minera que durante décadas desvió las aguas que lo alimentaba, provocando su desecación de su superficie que tenía unos tres mil kilómetros cuadrados de extensión.
Creen que el ritual ceremonial permitió el restablecimiento de agua potable en la comunidad donde tienen una red con unas 10 piletas. Sin embargo, otros comunarios no apartaron la posibilidad que el agua sea cortada desde el municipio de Poopó, donde se encuentra el tanque que abastece a los uru muratos. EL DIARIO evidenció la sequedad del terreno y comprobó la carencia del recurso hídrico hace una semana.
SIN AGUA DEL LAGO
Existen registros de pesca en el Lago Poopó cuando tenía agua suficiente, entre 1990 a 1995, superaba al resto de las cuencas con capturas de pejerrey que llegaban a más de 2.500 toneladas anualmente y con ejemplares que podían medir hasta 40 centímetros de largo.
En esos años trabajaban 17 cooperativas que registraron la alta productividad pesquera del lugar, ya que a partir de 1987 se evidenciaron grandes inundaciones en la región, según las investigaciones del Instituto de Ecología de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), de esos tiempos solo quedan dos botes de metal volcados y agujeros en la comunidad Puñaka Tinta María, donde los atardeceres traen fuertes vientos de polvo y arena.
La desecación de las aguas del Poopó se registró el 16 de diciembre en 2015, cuando desapareció el lago por un proceso acelerado de desertificación, posteriormente, con las lluvias del 2016 y los primeros meses del 2017, pudo recuperar un tercio de sus aguas, ahora, solo es un desierto extenso con una capa superficial de color blanco salinizada.
Algunos historiadores consideran que esta comunidad fue uno de los primeros asentamientos uru en el Lago Poopó, cuando sus familias salieron de los totorales de Ch’apipata a tierra firme y de ella se desprendieron Vilañeque, Llapallapani y otras comunidades, hace más de medio siglo.
La Nación Originaria Uru sobrevive en la región andina de Suramérica, en Bolivia se encuentran los Irohito Urus del Departamento de La Paz, los Uru Muratos del extinto Lago Poopó y los Uru Chipaya, ambos del Departamento de Oruro, mientras que en el Departamento de Puno en la República del Perú, se encuentra el pueblo Urus Chulluni, otros están en algunas poblaciones del territorio chileno. (Edwin Conde Villarreal – enviado especial EL DIARIO)
Edwin Conde