Los incendios afectaron a más de 7 millones de hectáreas en el oriente boliviano, aunque Fundación Tierra señala que la cifra alcanzó a 10 millones de hectáreas.
El arzobispo de Santa Cruz, monseñor René Leigue, pidió ayer a los bolivianos recuperar el valor de la familia, el amor por la naturaleza y el temor a Dios, respetando todo lo creado por Él para que la humanidad pueda vivir en armonía.
Leigue regresó al púlpito tras un largo proceso de convalecencia, luego de haber sido sometido a una intervención quirúrgica en un hospital de Santa Cruz, donde ingresó por un problema estomacal que desencadenó una serie de complicaciones de salud.
“Creo que estoy en deuda con ustedes por el difícil momento que pasé debido a la enfermedad. A veces, las dolencias no se ven ni se sienten. Agradezco a Dios y a ustedes por sus oraciones; gracias a eso, hoy tengo la alegría de reencontrarme con ustedes”, expresó al inicio de su homilía, centrada en la naturaleza cristiana del matrimonio.
Destacó que el matrimonio es una pequeña Iglesia donde el hombre y la mujer deben asumir la responsabilidad de criar y educar a sus hijos basados en valores cristianos, evitando el divorcio y respetando el derecho a la vida de su pareja.
Asimismo, hizo un llamado a seguir orando por los desastres ocasionados por los incendios, que aparentemente han sido provocados. “¿Será que hay personas tan dañinas, tan malas? ¿O hay personas que odian lo verde, que odian la naturaleza? ¿Hay quienes odian el oriente y por eso hacen daño?”, se preguntó.
Leigue subrayó que los incendios no sólo perjudican el medio ambiente, sino que también afectan la vida humana, al provocar problemas de abastecimiento y encarecimiento de la canasta familiar, un problema creciente en Bolivia.
“Antes advertían que podríamos vivir algo como lo que sucede en Venezuela, donde la gente hace fila por todo. Ahora, en Bolivia, cada vez más tenemos que hacer fila para encontrar arroz y otros alimentos de primera necesidad”, indicó.
Además, lamentó que, en lugar de aprovechar los recursos naturales, “estamos destruyéndolos con fuego, y la naturaleza tarde o temprano nos cobrará por ello”, advirtió.
En los últimos días, la gente se volcó a los supermercados de la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) para la adquisición de arroz, principalmente, pero al ver el flujo de personas, los funcionarios aprovecharon la concurrencia de los compradores para venderles otros productos casados al grano.
También hubo denuncias contra funcionarios de Emapa, que habrían estado ocultando productos y en otros casos llevaron en grandes cantidades.
La caída de la producción agrícola afectó a la provisión de alimentos, y a pesar de los controles de precios, así como de la salida del producto nacional a mercados vecinos, la situación no mejoró.
El precio del producto pasó los 400 bolivianos el quintal y la tendencia apunta a continuar con el incremento.