Dueños de vehículos particulares deben pedir permiso de sus fuentes de trabajo hasta por seis horas para conseguir gasolina.
No aguantan más y así lo manifiestan. Son choferes de vehículos a diésel que dicen esperar dos, tres y hasta cinco días para que se realice el carguío de este carburante. Como medida de protesta ante la intermitencia en la distribución del combustible, en lo que va de la semana, realizan bloqueos.
En la capital cruceña, ayer un grupo de choferes colocó sus motorizados sobre el cuarto anillo de la avenida Centenario y avenida San Martín, cerrando uno de los carriles en esta ruta lo que ocasionó que los demás rodados conviertan en doble vía este paso.
Pero esta no es la única protesta que han realizado transportistas. El miércoles, hubo choferes que cerraron el paso en el km 14 de la doble vía a La Guardia y en la carretera a Cotoca, además que cerraron el tránsito en la avenida Tres Pasos al Frente y 3er. Anillo, además, del 5to. Anillo de la avenida Moscú.
GASOLINA
La situación es similar en lo que se refiere al transporte público y los propietarios de vehículos privados, que por cargar gasolina tienen que pedir permiso de sus fuentes laborales hasta por medio día.
En lo que respecta al transporte público, varias líneas de microbuses y trufis no realizan el servicio debido a que no pueden acceder a gasolina.
EN COCHABAMBA
En Cochabamba también se registró movilizaciones protagonizados por el sector del transporte pesado que instaló bloqueos en la avenida Blanco Galindo, que conecta Cercado con Quillacollo; la avenida Villazón, que une Sacaba con Cercado.
Asimismo, se cortó el paso en las avenidas América, Juan de la Rosa y Melchor Pérez, al noroeste de Cochabamba, que conecta con la zona de Tiquipaya.
TESTIMONIOS
Los efectos del desabastecimiento de combustible reflejan crudos testimonios de conductores, principalmente del transporte pesado, los cuales han llegado a pasar varios días y noches dentro de sus vehículos formados en las filas de las estaciones de servicio.
Don Martín es un padre de familia, el cual cuenta que hace fila desde hace ya varias semanas en busca de diésel, en la ciudad de Cochabamba.
Asegura que está cansado de la situación que se atraviesa en el país. No tiene para comer, no hay un lugar para que pueda hacer sus necesidades biológicas y lo peor es que tampoco encuentra diésel.
“Solamente una colcha, ahí dormimos como animales, ¿Qué vamos a hacer?, el dinero también ya no nos alcanza ni siquiera para comprarse un plato de comida, hay que arrastrar de todo lado para sacar un poco de ahorro, lo que tenemos un poco de ahorro lo estamos echando todo al piso, porque en realidad, si nosotros no trabajamos, la familia muere de hambre”, dijo.
La señora Ximena es otra de las personas afectadas por la escasez de combustible, ella es madre pero ante la situación, debe turnarse con su esposo para el cuidado de sus hijos y para hacer fila en los surtidores; sin embargo, la mujer cuenta que en algunas oportunidades debe acudir con sus niños a formarse y esperar poder cargar.
Además, hay días que el único alimento que ingiere son galletas de agua, lo cual hace para economizar mientras espera por largas horas, a veces sin éxito.
“Todo este tiempo estamos durmiendo aquí dentro de nuestras movilidades porque no nos da para irnos a almorzar o desayunar con nuestra familia, a veces me vengo con mis dos wawas (hijos) y no estamos pudiendo. Es un gastito estar aquí, pero estamos dándonos modos”, relató.
Así como el señor Martín y doña Ximena, otros conductores deben soportar la falta de condiciones y el poco alimento mientras esperan largas jornadas para poder abastecerse de combustible y que su vehículo pueda trabajar. (Santa Cruz/Cochabamba, agencias)