Edmy Zeballos, delegada de las personas afectadas por esta problemática, ha puesto en evidencia las graves consecuencias que esto ha acarreado para quienes necesitan acceso a este crucial equipo médico.
El mamógrafo ha sido objeto de problemas recurrentes, pero esta vez su funcionamiento ha quedado completamente detenido, dejando en una situación extremadamente difícil a unas 300 personas.
La incapacidad para realizar estudios de mamografía ha afectado gravemente la detección temprana del cáncer y el seguimiento adecuado de quienes se encuentran en tratamiento de quimioterapia.
Lo preocupante es que el sistema público de salud en Chuquisaca solo cuenta con este único mamógrafo, el cual ha sufrido un progresivo deterioro sin recibir las debidas reparaciones.
Como resultado, los pacientes afectados no pueden acceder a los servicios de diagnóstico, mientras que aquellos que pueden permitírselo enfrentan costos exorbitantes en el sector privado, donde un estudio de mamografía puede alcanzar los 350 bolivianos, una cifra inalcanzable para muchas personas.
Edmy Zeballos ha compartido datos alarmantes que revelan que, de cada 10 pacientes oncológicos, siete son mujeres, siendo los tipos de cáncer más comunes el de matriz o cuello uterino y el cáncer de mama.
Esta situación se agrava debido a la imposibilidad de las trabajadoras de aprovechar el día libre para realizarse un examen de mama, como medida preventiva, debido a los defectos en el equipo de diagnóstico.
El impacto de la escasez de mamógrafos se extiende más allá de Sucre, ya que la ciudad también atiende a pacientes del sur del país y de poblaciones de provincias y regiones intermedias, abarcando Chuquisaca, Cochabamba, Potosí y Tarija.
Resulta especialmente preocupante que, a pesar de contar con el Instituto Chuquisaqueño de Oncología (ICO), el sistema público de salud carezca aún de un mamógrafo y no cuente con una especialista mastóloga para atender a las pacientes con afecciones mamarias.
Ante esta grave situación, las personas con cáncer y sus familiares han propuesto la contratación de servicios privados y han solicitado que el Seguro Único de Salud cubra los gastos necesarios. Sin embargo, se evidencia que esta medida a corto plazo no aborda la raíz del problema, que radica en la insuficiente inversión y recursos en el sistema público de salud.
Hace 33 años, el hospital Gíneco Obstétrico (hospital de la Mujer) en Sucre recibió una valiosa donación que incluía un mamógrafo. Desafortunadamente, en la actualidad, este equipo médico crucial permanece inoperativo, lo que ha generado desesperación y angustia entre los pacientes afectados. (Sucre, Erbol)