Una fuente interna de la cooperativa, que prefiere mantener su identidad en reserva por temor a represalias, ha denunciado un caso de soborno y favoritismo en la contratación de una empresa proveedora de señales de televisión por cable.
El expresidente de Cotes, Julio Gorena Daza, está en el epicentro de la controversia, ya que se le acusa de haber recibido pagos personales para asegurar un contrato con una señalera internacional de televisión.
La suma total de los pagos parciales, que habría recibido Gorena, asciende a 9.000 dólares. Además, se ha revelado la existencia de una reunión en Sucre entre un ejecutivo de la señalera y Julio Gorena para acordar los términos del contrato, lo que sugiere una posible colusión en el proceso de selección.
La empresa internacional involucrada ha denunciado que los ejecutivos de Cotes se burlaron al recibir el dinero exigido, pero no lograron finalizar la suscripción del contrato.
A pesar de que los documentos relacionados con esta transacción fueron presentados a Cotes, la propuesta fue rechazada debido a la falta de opciones alternativas en el proceso de selección, lo que ha generado serias dudas sobre la transparencia y la integridad del procedimiento de adjudicación.
Aquellos afectados que realizaron pagos en dólares a Gorena tomaron medidas legales y contratado un abogado en Sucre para presentar una demanda por perjuicios internacionales. Pruebas en forma de reportes bancarios y la firma de la mayoría de los consejeros de administración respaldan las acusaciones, aunque algunos consejeros han negado su participación, argumentando que sus firmas fueron falsificadas.
La crisis ha impactado profundamente a los trabajadores de Cotes, quienes se sienten frustrados y descontentos. Cecilia Campos, secretaria general del Sindicato de Trabajadores de Cotes, ha denunciado una grave crisis financiera en la cooperativa, con retrasos de hasta 10 meses en el pago de salarios. Campos también ha señalado que los trabajadores están pagando las consecuencias de malas decisiones tomadas por administraciones pasadas y de la falta de transparencia en la gestión actual.
La situación es crítica para la cooperativa, ya que la renuncia masiva de los consejeros de administración y vigilancia ha dejado un vacío en la dirección, afectando la toma de decisiones cruciales. La proximidad de la asamblea de socios, inicialmente programada para el ocho de agosto, está en duda debido a la ausencia de consejeros que puedan conformar un comité electoral.
Los trabajadores han anunciado que buscarán la intervención de la Federación de Cooperativas de Telecomunicaciones (Fecotel) para asegurar la realización de elecciones para nuevos consejeros. Buscan una renovación en la gestión que permita abordar los problemas financieros y restablecer la confianza en Cotes.
En medio de todo esto, la cooperativa enfrenta serios problemas financieros, con un déficit histórico de 207 millones de bolivianos, lo que agrava aún más la complejidad de la situación y pone en riesgo la viabilidad futura de la institución. (Sucre, Erbol).