Claudia Herbas
La educación es un proceso complejo que va más allá de las clases, exámenes y actividades extracurriculares. Implica la construcción de un entorno saludable, en el cual los estudiantes, profesores y padres de familia jueguen roles interdependientes, pero complementarios. Este enfoque crea un clima educativo armonioso y propicio para el desarrollo integral de las nuevas generaciones. La colaboración efectiva entre estos tres actores fundamentales es la clave para enfrentar dificultades comunes: rendimiento académico asertivo, vencer al bullying, la recuperación de valores y la gestión emocional de los adolescentes.
En el libro “Cómo criar hijos con actitudes positivas en un mundo negativo”, su autor, Zig Ziglar, comenta que en sus charlas a auditorios de padres y profesores lanzaba dardos de preguntas, como: ¿Quién tiene la culpa para no formar en los hijos a personas de éxito? En su análisis estadístico mencionaba que los estudiantes estaban un promedio de 6 horas en las escuelas por 180 días, lo que da 1.080 horas al año. El tiempo total al año es de 8.760 horas y restando el del invertido en educación, son 7.680 horas que pasan en casa.
Hace pocos días salió una noticia en el país, en Riberalta, donde un padre decía “amen, quieran a sus hijos, abrácenlos”, porque su hijo adolescente había tomado la fatal decisión de quitarse la vida, por haberse aplazado en ciencias sociales, lo que nos hace reflexionar, al conjunto de la sociedad, sobre el fenómeno cada vez más creciente de desconexión con los adolescentes y su preocupante falta de resiliencia para encontrar una luz al final del camino, en lo que respecta a dificultades propias de su edad.
Los padres de familia son la base del apoyo emocional de los jóvenes y su involucramiento en el proceso educativo no solo debe limitarse a asistir a reuniones de padres (si es que van) o a ayudar con tareas. Los padres deben ser aliados activos en la creación de un ambiente educativo positivo, fomentando la empatía, el respeto y la resiliencia en el hogar, lo cual tendrá un impacto positivo directo en la forma en que sus hijos se relacionan con sus compañeros y profesores. No hay que actuar sólo cuando las cosas se salieron de control. La organización EducationWeek asegura que 38 tiroteos en escuelas han provocado muertes o lesiones en Estados Unidos en lo que va de año. Recientemente, Natalie Rupnow, una alumna de 15 años de la escuela cristiana Abundant Life, quitó la vida a un maestro y un estudiante, y otras seis personas resultaron heridas en la ciudad de Wisconsin. Las causas de este hecho están siendo investigadas, pero por casos parecidos, casi siempre resultan ser venganzas por bullying o problemas de relaciones entre compañeros o con sus maestros.
El objetivo de esta trilogía de relaciones es generar un clima educativo donde los estudiantes puedan crecer en un entorno seguro y libre de violencia. Para lograrlo, es necesario que los tres actores involucrados —profesores, estudiantes y padres— trabajen juntos para crear una cultura de respeto y empatía y se identifique a tiempo situaciones de alerta temprana para prevenir problemas entre compañeros dentro y fuera del aula. Minimizar este factor es obrar con irresponsabilidad por parte de los adultos.
Elon Musk, CEO de Tesla, en una conferencia en el medio oriente sostuvo que para que la educación sea exitosa hay que enseñar por qué es importante ese curso o entrenamiento y no como funciona tradicionalmente, es decir un curso sobre las herramientas del arreglo de un auto, por ejemplo, acerca de desentornilladores, que no es la idea. Aplicando la lógica de Musk a la realidad educativa global, la raíz del asunto es enseñar a las nuevas generaciones cómo resolver sus problemas. Si eso pasaría, no se tendría cientos de suicidios ocultos en el anonimato.
Solo a través de una comunicación abierta, el respeto mutuo y la empatía, y una disciplina sana se podrá construir un entorno en el que todos los estudiantes tengan la oportunidad de aprender, crecer y disfrutar de una mejor calidad de vida.
La autora es comunicadora social, capacitadora en habilidades sociales y docente de postgrado.