Antonio Saravia
Se ha hablado mucho en la semana pasada sobre el Presupuesto General del Estado 2025, un presupuesto sinverg眉enza e irresponsable que muestra claramente la verdadera intenci贸n del gobierno: continuar con la destrucci贸n del pa铆s. Esto no es una exageraci贸n o un 鈥渄esvar铆o liberal鈥. El MAS ha venido aplicando sin ninguna clemencia la receta del castro-chavismo en la regi贸n (llevar a los pa铆ses a la miseria para mantener el poder tir谩nico de gobiernos socialistas) y este presupuesto es solo un paso m谩s en esa perversa direcci贸n.
驴C贸mo explicar, si no, que este presupuesto sea un 12% mayor al del a帽o pasado cuando ya no queda plata ni para hacer rezar a un ciego? 驴C贸mo explicar que se proyecte un nuevo d茅ficit (alt铆simo, adem谩s) despu茅s de 11 a帽os consecutivos de cifras rojas que han acabado con las reservas internacionales? 驴C贸mo explicar que el total del presupuesto represente el 93% del PIB, es decir, que el gobierno planee gastar lo equivalente a casi todo lo que producimos en un a帽o? 驴C贸mo explicar que se permita poner en garant铆a para nuevo endeudamiento las 22 toneladas de oro que nos quedan? 驴C贸mo explicar que se le autorice al Banco Central a prestarle plata al gobierno sin ninguna contraparte, es decir, imprimiendo inorg谩nicamente? 驴C贸mo explicar que no se den de baja decenas de empresas estatales que pierden plata a chorros y encima se planifique crear nuevas?… No, no existe otra conclusi贸n, el PGE 2025 est谩 dise帽ado para seguir desmantelando la estabilidad macroecon贸mica y seguir golpeando al ya bastante apaleado aparato productivo.
Un aspecto nuevo en el PGE 2025 y que va, por supuesto, en la misma direcci贸n que lo mencionado arriba, es la disposici贸n adicional s茅ptima de la ley que apunta contra el agio y la especulaci贸n. Esa disposici贸n 鈥渇aculta a las entidades competentes, activar acciones de control, fiscalizaci贸n, confiscaci贸n y/o decomiso de productos, a los actores de comercializaci贸n de alimentos, que almacenen o retengan y/o pretendan encarecer los precios de los mismos鈥.
El agio y la especulaci贸n han sido tradicionalmente vilipendiados por los pol铆ticos populistas que quieren mostrarse como paladines de los bolsillos de las familias, pero no entienden que estas acciones hacen, en realidad, m谩s eficiente la asignaci贸n de recursos escasos. El agio y la especulaci贸n son respuestas naturales ante repentinos incrementos en la escasez de las cosas y ante distorsiones que generan ciertas pol铆ticas econ贸micas. Aunque cueste creerlo despu茅s de d茅cadas de adoctrinamiento estatista, estas respuestas no son malas o inmorales, tienen importantes beneficios e incluso son necesarias para salvar vidas.
Empecemos diciendo nuevamente que el gobierno ha causado un completo desbarajuste en la econom铆a. Los constantes d茅ficits fiscales que mencionamos arriba han acabado con las RIN y, como el gobierno sigue gastando a manos llenas, el Banco Central cubre los d茅ficits con emisi贸n inorg谩nica. Esto nos ha llevado r谩pidamente a un proceso inflacionario y de devaluaci贸n. Sin d贸lares, adem谩s, no tenemos combustibles y as铆 ponemos en serio riesgo el proceso productivo, sobre todo el agr铆cola. En suma, la estabilidad macroecon贸mica que atesoramos desde 1985 est谩 herida de muerte y por lo tanto la gente se protege ante la incertidumbre subiendo precios, protegiendo inventarios y abasteci茅ndose como puede y con miedo antes de que ya no quede comida en los mercados.
En este contexto, el agio o la r谩pida subida de precios, es una respuesta natural ante lo imprevisible. Combatirlo a trav茅s de leyes, control policial o confiscaciones, causa problemas mucho mayores a la enfermedad.
Los precios mandan se帽ales important铆simas para que nos comportemos de una forma eficiente, es decir, para que asignemos eficientemente nuestros recursos. Por el lado de la demanda, cuando los precios suben 鈥渆xageradamente,鈥 la se帽al para las familias es que ese bien no est谩 siendo producido de forma normal, es decir que por alguna raz贸n o razones (no hay d贸lares para importar insumos, no hay combustible, etc.) el bien est谩 escaseando. Los precios altos nos mandan, entonces, una fuerte se帽al para ser muy cuidadosos con nuestro consumo y para buscar sustitutos que sean m谩s baratos. Si forzamos, en cambio, a los productores a mantener el precio 鈥渘ormal鈥 por ley, lo que ocasionamos es que la gente no regule su consumo, compre m谩s de lo debido porque sabe que ese precio es una ganga dada la escasez del bien, y hacemos, por lo tanto, que el bien desaparezca r谩pidamente de los mercados. Si estamos hablando de medicamentos, por ejemplo, esto puede poner en riesgo la vida de muchas personas. La medicina m谩s cara es la que no se encuentra.
Por el lado de la oferta, el agio o la especulaci贸n con precios altos motiva a otros oferentes, importadores o productores a buscar alguna forma de producir m谩s de ese bien. El incentivo de poder vender el producto con un precio 鈥渆xagerado鈥 es poderoso. Si, en cambio, el gobierno controla el precio y no lo deja flotar, nadie tendr谩 incentivos para buscar la forma de producir m谩s y la escasez se perpetuar谩.
El control de precios y las abusivas confiscaciones, entonces, solo empeoran los problemas y crean mercados negros. La inmoralidad no reside en subir precios empujados por incertidumbre y escasez, la inmoralidad reside en imponer controles que no le permitan a la gente hacer transacciones de forma voluntaria. La C谩mara Agropecuaria del Oriente respondi贸 a la disposici贸n s茅ptima de la ley del PGE 2025 diciendo que ya exist铆an leyes contra el agio en el c贸digo penal y que, por lo tanto, una nueva disposici贸n no era necesaria. Esa no es la respuesta correcta. Los empresarios del pa铆s deber铆an rechazar toda ley que controle precios a partir de la inmoralidad que supone que los pol铆ticos les digan d贸nde y a c贸mo vender sus productos.
Antonio Saravia es PhD en econom铆a.
Twitter: @tufisaravia