Ernesto González Valdés
Hacía fila en un banco para cobrar quincena, segundos después se incorporaron dos compañeras de trabajo y aprovechando el tiempo toqué el tema de que es casi una virtud de las féminas, el gastar más dinero que los hombres, de lo cual podíamos inferir, tal vez como una especie de hipótesis: el dinero tiene diferente sentido para el hombre y la mujer.
Round 1: Usualmente los hombres solemos preocuparnos más de cómo y cuánto dinero producir; en cambio las mujeres se relacionan o inclinan más a lo afectivo y al cuidado y educación de los niños, lo que no excluye que se inviertan los papeles o que se cuente con ambas cualidades sin distinción de sexo. Lo anterior nos conlleva a una verdad evidente: la mujer al culminar su labor en su centro de empleo, tiene otro “trabajo”, el del hogar y por el cual no recibe remuneración económica, por algo tan necesario como es la crianza y educación de los hijos, que en ocasiones conlleva postergar sus propios intereses profesionales y laborales. Ganador del primer round: ¿Ganan ellas?
Round 2: ¿Quién gasta más para el cuidado de su apariencia (peluquería, perfumes, ropas, cremas)? Antes de dar mi veredicto, como posible réferi, para dilucidar quién puede ser resultar ganador o ganadora es necesario considerar lo siguiente. A los hombres nos encanta que ellas vistan bien, se mantengan arregladas, que su ropa combine, que vistan según en el último grito de la moda, en correspondencia con la edad, el entorno laboral o circunstancial, la hora, en fin, para que luzca brillante y usted, señor, se sienta orgulloso de su pareja. Pero… a ella también le gusta que usted luzca bien, ¿entonces? Simplemente no se excluya, si el dinero no le alcanza, haga lo mismo, póngase a la par, no del gasto porque será muy difícil, sino de cuidar su apariencia: Ganador del segundo round: ¿Empate?
Round 3: Cuando ellas van de compras, siempre regresan con algo para el hogar, un adorno de pared, una camisa para el hijo, unos aretes para la hija, ¿y para nosotros? ¡Un pañuelo! Como si tuviéramos gripe constantemente. ¿Y el dinero? Se gasta y se gasta. Ganador del tercer round: ¿Ganamos nosotros?
Indiscutiblemente el tema que tratamos hoy, conlleva un problema muy real, como parte de la cultura del machismo, en la que quien tiene el dinero –como señal de poder– es el que manda y la problemática está en que hay muchas mujeres que aún lo aceptan y se lo permiten al sexo opuesto.
Siempre les digo a mis estudiantes del sexo femenino “estudien, culminen su carrera, consigan trabajo y años después de estabilidad laboral y con una posición sólida financieramente, vayan a la búsqueda de formar una familia”. Creo que queda claro que el dinero no es un elemento aislado, sino que cuando dos personas decidan unirse en matrimonio, también será necesario organizarse en el ámbito de la economía del hogar y familiar, para construir una convivencia basada en la confianza, ya que de no lograrse esa meta, podrá deteriorarse el vínculo entre la pareja.
El autor es Licenciado en Ciencias Pedagógicas.