Noticia BO

Ficción y no-ficción

El Diario
Publicado Viernes, 06 de Diciembre de 2024.
Ficción y no-ficción
Juan José Toro Montoya

Juan José Toro Montoya

Al presentar la reedición de un clásico de la literatura boliviana, un historiador, que además ocupa un alto cargo en una importante institución cultural del Estado, dijo que una novela podría ser fuente primaria de la historia y esa afirmación me preocupó tanto que decidí exponer mis argumentos en contra en esta columna.
La historia es la disciplina que estudia científicamente los hechos del pasado mientras que el periodismo es la que se ocupa de los hechos del presente. Los pongo juntos por una razón: ambas se ocupan de hechos; es decir, acciones, obras, cosas que suceden o han sucedido y cuya principal característica es la veracidad. Hablamos, entonces, de hechos verdaderos.
La literatura, en cambio, es un arte, el de la expresión de la palabra y, más que exponer hechos, lo que busca es causar sensaciones en las personas. Se divide en géneros, sea en prosa o verso, y uno de ellos es la novela que la Real Academia Española ha definido como “obra literaria en prosa en la que se narra una acción fingida en todo o en parte, y cuyo fin es causar placer estético a los lectores con la descripción o pintura de sucesos o lances interesantes, de caracteres, de pasiones, y de costumbres”. Como se puede ver, a la literatura no se le exige la veracidad, que es característica de la historia y el periodismo. Dora Gómez y su esposo Nicolás Fernández lo pusieron muy claro: “la ficción es la ley de la novela ya que, de lo contrario, ya no sería novela sino historia o crónica”.
Por tanto, estamos hablando de ficción, que es algo inventado, fingido o imaginado; y de no-ficción, que es la exposición, descripción, narración o argumentación de un hecho verídico del pasado, del que se ocupa la historia, o del presente, que es el objeto del periodismo.
Ahora bien, una novela puede ser histórica o biográfica, o una crónica, y en esos casos ocuparse de hechos verídicos, pero es imposible que refleje exactamente lo sucedido porque, en su estructura necesitará diálogos y, fundamentalmente, transmitir emociones, lo que inevitablemente cae en lo subjetivo. Y aunque excepcionalmente una novela o crónica literaria se apegue estrictamente a los hechos, tendría que citar sus fuentes para demostrarlo convirtiéndose en un híbrido que por lo menos yo no he llegado a conocer.
Mezclar historia con literatura es un defecto que deviene de aquellos tiempos en que la filosofía lo abarcaba todo, tanto las artes como el conocimiento, pero a medida que evolucionó éste, fue necesario separar aguas y dar a cada cual su lugar. Esa división empezó ya en tiempos de Aristóteles.
En Bolivia mantenemos mezclada a la literatura con la historia y tenemos casos en los que un personaje de novela, como Juan Huallparrimachi, que es una invención literaria, llegó a ser considerado un personaje histórico y así se lo enseña en los colegios.
Esos errores son resultados de malas apreciaciones, como creer que una novela puede ser fuente de la historia, ¡y nada menos que primaria!, pero, a estas alturas del Siglo XXI, ya no solo es necesario sino urgente poner las cosas en su lugar.

Juan José Toro es Premio Nacional en Historia del Periodismo.



Últimas noticias
Adiós a don Carlos Santelices
Adiós a don Carlos Santelices
Ana María Pérez Mollinedo ...
Elecciones judiciales: voto ciego
Elecciones judiciales: voto ciego
Eric L. Cárdenas del Castillo...
Carlos Mesa: Más Lejos que De Cerca
Carlos Mesa: Más Lejos que De Cerca
Juan Carlos Ferreyra Peñarrieta...
Un año para el olvido
Un año para el olvido
sin entradilla...
Adiós al Zar Maximiliano
Adiós al Zar Maximiliano
sin entradilla...
Eligiendo a un candidato
Eligiendo a un candidato
Ronald MacLean Abaroa...
Europa en crisis
Europa en crisis
Julio E. Salas...
Fluya el calor de la esperanza
Fluya el calor de la esperanza
Víctor Corcoba Herrero...
¿Billetera mata galán?
¿Billetera mata galán?
sin entradilla...
“Viveza criolla”
“Viveza criolla”
David Foronda H....
El Estado empresario
El Estado empresario
Eric L. Cárdenas del Castillo...
Dinero y pareja
Dinero y pareja
Ernesto González Valdés...
Arroz al estilo cubano
Arroz al estilo cubano
sin entradilla...
La Paz en surmenage permanente
La Paz en surmenage permanente
Jorge Roberto Marquez Meruvia ...
Como en un juego de ajedrez
Como en un juego de ajedrez
Mario Malpartida...
Ignorancia de la Ley de Imprenta
Ignorancia de la Ley de Imprenta
Juan José Toro Montoya...
Diciembre complicado
Diciembre complicado
David Foronda H....
¿Bolivia, siguiendo los pasos de Cuba y Venezuela?
¿Bolivia, siguiendo los pasos de Cuba y Venezuela?
Miguel Ángel Amonzabel Gonzales...
El esplendor inmaculado de María
El esplendor inmaculado de María
Víctor Corcoba Herrero...
Ciudad tóxica (II)
Ciudad tóxica (II)
Luz Castillo Vacano...
Escuelas normales y formación de maestros
Escuelas normales y formación de maestros
Raúl Alberto Quispe Catacora...
Una abejita feliz
Una abejita feliz
Ernesto González Valdés...
Escenario del reencuentro
Escenario del reencuentro
Severo Cruz Selaez...
Criterios para exportar
Criterios para exportar
Humberto Vacaflor Ganam...
Vigilantes en todo momento
Vigilantes en todo momento
Víctor Corcoba Herrero...
El presupuesto del Estado
El presupuesto del Estado
Eric L. Cárdenas del Castillo...
Un pueblo invencible
Un pueblo invencible
David Foronda H....
Nuevo tiempo de ajuste
Nuevo tiempo de ajuste
sin entradilla...
“Democracia pactada”
“Democracia pactada”
sin entradilla...

Encuesta

No hay encuestas activas para participar. Puede consultar nuestras encuestas anteriores