Humberto Vacaflor Ganam
El Gobierno ha prohibido la exportación de aceite comestible con el criterio de que lo primero es garantizar que esté cubierta la demanda interna, sobre todas las cosas.
Lo que no ha dicho el Gobierno es que este criterio incluye premios extraordinarios, que van más allá del simple comercio, premios a la excelencia.
El consumo de droga está total y suficientemente abastecido y por eso los exportadores nunca van a tener problemas, como la prohibición a las exportaciones.
Está de tal manera garantizado el consumo interno de este producto que los exportadores tienen muchas ventajas, comenzando porque no pagan impuestos, una forma inteligente de alentar las inversiones.
Los interesados en entrar en el rubro están autorizados a tomar tierras fiscales o privadas para expandir los cultivos de la materia prima, pasando por encima de las leyes nacionales.
El INRA trabaja para ellos, por ejemplo, confiscando tierras en las orillas del parque Amboró para dárselas a los productores de la materia prima de la droga, que ahora son dueños de Mairana.
Los parques nacionales están a disposición de ellos, donde pueden tener sus cultivos y sus fábricas sin problemas.
Cuentan con pistas llamadas clandestinas para las avionetas que llevan la droga a todo el mundo, mientras que, en otros países, como Perú, esas pistas son bombardeadas por la fuerza aérea.
Las avionetas pueden llevar la merca a países vecinos sin dificultades, porque el gobierno ha dispuesto que no operen los radares que podían detectar esos vuelos irregulares.
La Embajada de Brasil se ha cansado de pedir que esos radares sean usados, pero el Gobierno boliviano no quiere hacerlo.
La ministra argentina Patricia Bullrich también pide que los radares sean usados, además de denunciar que hay en Bolivia 800 terroristas de Hezbollah, denuncia que el gobierno ignora rotundamente.
Los exportadores de la merca tienen, además de todo esto, la ventaja de poder decretar que algunos territorios tengan autonomía total, y que las leyes del país no se apliquen allí.
El ejército, la policía, el INE y todas las instituciones del Estado fallido han sido expulsadas del territorio donde nació esta idea, de la madre patria del separatismo narco.
El separatismo, en cambio, es un cargo letal para otros, aquellos ingenuos que siguen dedicados a actividades legales, que pagan impuestos y todas esas vainas.
En suma, que esto de las exportaciones es muy complicado, como se dice ahora.
Siglo21bolivia.com