Jhonny Vargas
Toda Bolivia siente impaciencia ante la terquedad del exmandatario. Hartazgo y fastidio siente una gran mayoría de los bolivianos frente a las repetidas decisiones y acciones por parte del MAS. Cansancio generalizado es lo que siente toda Bolivia por este partido. El pueblo boliviano ya no ve en el exmandatario a un líder, él mismo terminó por destruir ese espejismo. Nos quiere llevar el exmandatario por el camino de la confrontación, bloqueos y marchas. El exmandatario ya no es el gran líder que este pueblo necesita, pulverizó sus aspiraciones con sus acciones y decisiones nefastas en contra de los más humildes. Por culpa del ex mandatario no puede haber prosperidad en Bolivia, por eso vive infeliz, en una patria completamente dividida por su terquedad política. Por eso otra vez la burra al trigo.
Bolivia hoy atraviesa por una época trágica de sufrimiento nacional, pues el alza de precios de productos básicos, la devaluación del peso boliviano, la escasez de dólares, la falta de combustibles y el agravamiento de la crisis económica están terminando por destruir las bases económicas de la patria. Nadie acepta la ruina del país, como decreto de la fatalidad. La única que se beneficia con la pobreza de muchos bolivianos, es la clase política dominante. Entre arcistas y evistas están llevando a Bolivia a su infortunio. Es muy difícil rescatar a la patria de las manos de sus enemigos internos y externos. Solo escuchamos los llantos y gemidos de los patriotas, lamentando su trágico destino, al ser privados de su salvación, porque es esa clase política tradicional, mediática, que no deja que surjan nuevos liderazgos en el país. Esa disidencia controlada de los partidos políticos de oposición tradicional, es la que no permite el cambio, ellos se atrincheran en sus espacios de poder político, económico y mediático.
Yo les digo a los bolivianos, no está lejano el día en que recuperemos nuestra patria, el poder de la unidad nos llevará a la victoria, debemos dar un golpe a los enemigos de la unidad, esos políticos tradicionales que no se cansan de confundir a la población boliviana. Sus horas están contadas, esperar algo de patriotismo o de desprendimiento de ellos, es como querer construir castillos en el aire. Ellos siguen el libreto señalado por nuestros secuestradores y los nuevos amos imperialistas. Estos señores nos convirtieron en sirvientes del amo Estado. Cuando un ciudadano no puede comprar combustibles, cuando no puede adquirir dólares, cuando ve que su moneda nacional se está depreciando de valor y no le alcanza para comprar bienes de primera necesidad, es porque el modelo socialista ha fracasado, porque se acabó el dinero, porque un mal administrador, en este caso el gobierno corrupto y burocrático, ha malgastado los escasos recursos públicos, en hacer política en vez de utilizar el dinero de los contribuyentes de manera eficaz y eficiente. Pero otra vez la burra al trigo.
Bolivia debe salir de la oscuridad del pasado gobierno, aun en la adversidad el pueblo sigue optimista, no quiere a los partidos tradicionales menos a sus políticos tradicionales, esos que se hacen ver como falsos salvadores, con demasiado recorrido en la clase política. Esos que siempre fueron cómplices del régimen, nos quieren arrastrar al mismo infierno. Ellos son los vividores de la política, solo saben destruir, desorganizar y desorientar al pueblo boliviano. Se presentan a cada elección y no aprenden de los golpes y moretones que les propina el pueblo, porque son falsos. Ellos no saben crear, organizar y dirigirnos por el camino de la construcción de la nueva Bolivia. Nada nos ofrecen para la creación de una nueva vida, por eso ha llegado el tiempo en el que nosotros, los bolivianos, tenemos que unir fuerzas no con los mismos de siempre. Unirse por unirse no es la solución, mezclarse por mezclarse no es la solución, por Dios, este pueblo ya está cansado de la juntucha de siempre. De ver las mismas caras duras de siempre y otra vez la burra al trigo.
Debemos unirnos sobre la base de principios y valores, con líderes nuevos y avanzar todos juntos para construir una nueva patria democrática. Debemos dar esperanzas y valor al pueblo, iluminando su futuro con nuevas ideas democráticas, un futuro de desarrollo, de transformación estructural de todo el país. Un nuevo tiempo exige un nuevo ajuste económico, político y cultural, eso no se dará en estas próximas elecciones generales, porque ninguno reúne los requisitos que necesita el país. Muchos elegirán el mal menor, seguramente, al viejo conocido o, tal vez, ocurra algo peor, que nos roben nuevamente la elección, como pasó en Venezuela. Pero son tan miopes nuestros políticos, que ni siquiera tienen intuición, olfato político para advertir el peligro.
Una estrecha facción terrorista, vinculada al narcotráfico hace luchar a unos bolivianos contra otros, en vergonzoso conflicto de intereses, minando la cooperación mutua entre regiones y sobre todo la unidad nacional. Si Bolivia no recupera su segunda independencia en este próximo bicentenario, la vida nacional no vale la pena. Por eso debemos enfrentar con nuestra fuerza moral a los corruptos, a los terroristas, a los fanáticos del instrumento político, que cada vez son menos. Si no tenemos éxito en esta lucha, nuestros hijos continuarán la causa y si ellos la dejan inconclusa, nuestros nietos lucharán y seguramente conseguirán triunfar, porque debemos lograr la segunda independencia de Bolivia. Todo está en nuestra contra, muchos de los patriotas se sienten aislados e impotentes, quién dijo que esta lucha iba a ser fácil, todos ambicionan los recursos de este pobre mendigo sentado en una silla de oro. Basta de lamento boliviano, ¡es hora de combatir, resistir y recuperar nuestro país!
Jhonny Vargas es Politólogo y Docente de Postgrado.