Luis Fernando Romero Torrejón
Hace poco, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha publicado su último informe económico regional titulado “Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2024”, donde indica que el crecimiento económico de América Latina sigue siendo bajo y mantiene su tendencia de desaceleración, donde México y Centroamérica muestran un mejor desempeño que América del Sur. Así mismo explica que la inflación en las economías tiende a la baja en la región, que hubo un incremento mínimo del empleo en la región y sobre las políticas macroeconómicas, condicionadas por el contexto externo, el riesgo de la deuda pública y la incertidumbre en los gobiernos por el contexto político y social interno.
Según este informe, América Latina y el Caribe crecerá este 2024 en 2,2%, mayor al 1,8% proyectado en agosto de este año. De igual manera indico que la inflación regional será del 3,4% para este 2024, menor al 3,7% obtenido en 2023. En cuanto al crecimiento económico de Sudamérica, se estima que este año será del 2,1%, con un repunte para el 2025 de un 2,6%.
Se reafirma que las únicas economías que decrecerán en su PIB (real) este 2024 serán Haití (-4%), Argentina (-3,2%) y Cuba (-1%). La CEPAL proyecta que para el 2025 solo Cuba y Haití continuarán con este proceso de contracción económica. A nivel regional, las economías que más crecerán este 2024 serán Guyana (41,5%), Belice (7%), Antigua y Barbuda (6%), Republicana Dominicana (5%) y Paraguay (4,2%).
Bolivia, a nivel de Sudamérica, será la segunda economía y a nivel regional (Latinoamérica y el Caribe) la cuarta con menor crecimiento económico para este 2024, según la CEPAL. A nivel de América del Sur, solo Ecuador crecerá menos (0,8%) y a nivel regional solo crecerán menos Jamaica (1,4%) y México (1,4%), lo cual inclusive nos ubicaría en un tercer puesto, dado el empate entre Jamaica y México. Pero, sin duda, nuestro crecimiento económico será uno de los más bajos de la región, y de los últimos años, muy alejado de la meta gubernamental del 3,71%, y cuya cifra podría ser menor si tomamos en cuenta los serios problemas económicos y políticos que vivimos en este segundo semestre 2024, entre ellos un bloqueo de caminos que produjo la pérdida del 1% de nuestro PIB, una vigente crisis fiscal, cambiaria, monetaria, comercial, social y política, que se ha traducido en desabastecimiento de carburantes, escasez de divisas y una inflación casi galopante.
Y precisamente la inflación es algo que también le preocupa a la CEPAL, ya que en este informe destaca que, en 23 de las 33 economías de la región, la inflación tiende a moderarse o disminuir. Sin embargo, observo que en 10 economías la inflación aumentó, y que solo Bolivia y Argentina hubo un incremento que superó los 2 puntos porcentuales.
En todo caso, Bolivia se consolidó como la tercera economía más inflacionaria de la región, después de Argentina y Venezuela, con una inflación acumulada del 8,82% y una interanual del 9,51%, debido principalmente a un déficit fiscal de más de una década, que trajo consigo una crisis multidimensional, que provocó la devaluación y pérdida del poder adquisitivo de nuestra moneda cerca al 60%, lo cual, acompañado con este bajo crecimiento económico nacional, puede empujar al país a una estanflación con más pobreza en sus habitantes.
Finalmente, el informe de la CEPAL, solo corrobora que nuestra economía está entrando en un nuevo ciclo recesivo, pero uno muy riesgoso, debido a un escenario posible de default y crisis de balanza de pagos, debido a problemas crónicos de solvencia y liquidez, sobre todo en dólares, lo cual, hace cada vez menos sostenible el actual modelo económico basado en un gasto público elevado, donde a corto plazo el gobierno puede tener un conflictos importantes en honrar sus obligaciones externas como internas, donde tal vez su única salvación sea mayor deuda pública. Será tarea del próximo gobierno, asumir la tarea titánica y antipopular de hacer reajustes estructurales (y profundos) tanto en lo económico, institucional, político y normativo, que cambien de rumbo de una economía y de una nación, que, si sigue este rumbo, se irá al averno.
El autor es Presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija.