Fabian Freire
Joe Biden pasará a la historia como uno de los peores presidentes de la historia de Estados Unidos. Bajo su liderazgo, el mundo ha estado al borde de la Tercera Guerra Mundial. Hablar de la administración Biden es hablar de un fracaso rotundo y del declive de Estados Unidos como la gran potencia mundial. Para sintetizar, estamos ante un presidente sin liderazgo, sin carácter, influenciable, débil y cansado.
En nuestro contexto, quien podría emular a Biden es Carlos Mesa, e incluso creo que éste último es mucho peor. Cuando hablamos de Mesa, hablamos del “líder” de oposición más débil que ha enfrentado al MAS, alguien que claramente tiene simpatías por Evo Morales y la izquierda. Alguien que, por su falta de visión y decisión, ha causado que Comunidad Ciudadana sea una alianza sin principios, ni ideología ni directrices claras a seguir. Alguien que ni siquiera merece ser reconocido como líder opositor y es una traba total para el desarrollo de Bolivia. Necesitamos gente y partidos que sí puedan oponerse al MAS, no gente tibia.
La debilidad de Mesa se refleja en la gente que lo sigue dentro de su alianza. Todos los legisladores de Comunidad Ciudadana son una vergüenza y una desgracia para Bolivia. Son la imagen de la incapacidad y de la falta de voluntad; no por nada el MAS hace lo que quiere siempre. CC recibe palizas traumáticas en el Congreso y su ingenuidad hace que sean la oposición perfecta para el MAS. La situación es tan patética que hasta el “evismo” los ha “desplazado” como oposición en el Legislativo. No rescato ni a un solo legislador de CC, son todos funcionales y una vergüenza para Bolivia. Deben desaparecer para siempre de la esfera política si quieren realizar un aporte verdadero para la nación.
Parte del fracaso total de esta alianza es el liderazgo de Carlos Mesa, quien, de nuevo, ha fracasado al “enfrentarse” al MAS. Las derrotas de Mesa frente al MAS son numerosas y vienen desde su época ocupando la vicepresidencia. Fue él quien le entregó el poder en “bandeja de oro” a Morales y quien, tanto en 2019 como en 2020, no pudo construir un proyecto político convincente con principios y directrices bien establecidos para vencer al MAS, pese a la coyuntura favorable. Mesa es tan débil como líder que, en 2019, fueron los ciudadanos quienes encabezaron las protestas contra el fraude, y los liderazgos de Luis Fernando Camacho y Marco Pumari terminaron desplazando el suyo.
Mesa también peca de soberbia, que, dicho sea de paso, es injustificada. Cree que es un gran líder como Trump, Bukele o el controversial Putin, cuando no es más que el reflejo del voto útil. En sus entrevistas afirma que es el único que ha vencido al MAS en las urnas y que es la principal víctima del fraude de 2019. La víctima del fraude de 2019 y 2020 no fue él, fue el pueblo boliviano. Carlos Mesa solo fue escogido candidato por el contexto y todos votaron por él por causa del “voto útil”. Nadie votaría por Mesa si no fuera por el voto útil. Él debe dejar de creerse el estandarte de la lucha contra el MAS y el socialismo. Algo ridículo, además, ya que Mesa se ha mostrado a favor de la izquierda muchas veces y siempre ha halagado a Evo Morales.
Biden es un líder cansado, “demacrado” y que ganó por el voto útil en unas elecciones muy controversiales. Es un líder sin visión y su pésima gestión ha llevado al mundo y a su país a una situación muy delicada en lo político y económico. Mesa es un “líder” débil, a quien, al igual que Biden, cada vez se lo nota más cansado y olvidadizo, y quien, por su fracaso rotundo, ha permitido que el MAS entre al poder y el país esté en una situación de miseria extrema. Son dos líderes igual de incompetentes y funcionales (Biden a China, indirectamente, claro). Es momento de que la gente del “Joe Biden boliviano” dé un paso al costado. Basta de fracasos políticos.