La economía nacional está bajo la lupa de las calificadoras de riesgo país, pues mientras la Fitch Ratings baja calificación de B a B- , de estable a negativa, la Standars & Poor`s vigila las acciones del Gobierno ante la caída de las reservas internacionales, pero mantiene la nota. Economistas insisten en que las autoridades deben asumir medidas para evitar el colapso de la economía.
Fitch Ratings baja calificación de riesgo de #Bolivia a “B-”, tendencia negativa. Una de las observaciones de la calificadora es la caída de las Reservas Internacionales Netas y la incertidumbre que genera el gobierno por su inacción para revertir la situación, a pesar de las medidas aplicadas, así como por el retraso en la publicación de los datos.
El modelo económico del Gobierno se gastó las Reservas Internacionales Netas (RIN), de alcanzar en 2014 a más de 15.000 millones de dólares, con divisas que bordearon los 13.000 millones, ahora en 2023, el Banco Central de Bolivia (BCB) registra al 8 de febrero 3.500 millones de dólares.
Mientras Standard & Poor`s (S&P) mantiene la calificación de riesgo de Bolivia en B, reconoce el papel protagónico de la política cambiaria del país y sostiene que un cambio en esta política podría afectar el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), aumentar la inflación y amenazar la salud del sistema financiero, según una nota del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas.
“S&P puso bajo vigilancia al país debido a la variación de las Reservas Internacionales Netas (RIN), sin embargo, reconoce las acciones llevadas adelante desde el Gobierno nacional como el financiamiento gestionado, pendiente de aprobación en la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) que permitirá estabilizar las reservas», señala la nota.
Análisis
En el twitter BoliviaUnida analizaron la situación económica del país, los economistas Gabriel Espinoza, Gonzalo Chávez, Jeshua Bellott, Antonio Saravia, entre otros.
Por ejemplo, Bellot sostiene que el Gobierno sólo se ha preocupado de gastar y no en recaudar y que el déficit fiscal es el principal problema, que provocó la reducción de las Reservas Internacionales Netas (RIN).
También señala que existen problemas en la balanza de pagos; fuga de capitales, pues muchos dólares de familias y empresarios salen del país, debido a la falta de confianza en el Gobierno.
Reitera que existe un agotamiento del modelo masista, y la rebaja en la calificación de riesgo país de Fitch Ratings y pasar de estable a negativa, es reflejo del mal manejo de la economía nacional.
El economista Gabriel Espinoza coincidió en el encuentro con las opiniones de los participantes, al indicar que el Gobierno gasta más de lo que recauda, y lo hace en moneda nacional y extranjera (dólares).
Explicó que el Gobierno gasto el dinero de la venta del gas, de los bancos y ahora va de la gente, que no tiene. Alerta que la crisis fiscal se volvió cambiaría, por lo negación de la situación actual.
Informó que ahora va por la restricción de bolivianos. «Hace unas semanas atrás el Gobierno subió la tasa de interés», señaló y acotó que esta medida tendrá un impacto «brutal» en las personas, y también incrementó la tasa de referencia (Tre).
El Gobierno se dio la tarea de sacar los bolivianos del mercado nacional, y estaría en puertas una crisis financiera, y los pequeños productores serán los principales afectados, en especial aquellos que acudieron al crédito de consumo y no productivo.
Espinoza lamentó que haya una mala regulación de tasas, cuya medida podría traer problemas a futuro.
Y coincide con los economistas, cuando señala que gran parte del origen del déficit fiscal está en el subsidio a la gasolina, pero resaltó que existe una crisis de confianza en el gobierno.
El economista Antonio Saravia indicó que si la crisis se agudiza, será necesario implementar políticas de shock.
Por ello Espinoza reiteró que es importante un cambio de timón.
Finalmente, el economista y docente de la Universidad Católica Boliviana, Gonzalo Chávez, dijo que el Gobierno no tomará en cuenta todas las sugerencias realizadas por expertos en la materia, y sólo queda avanzar en una nueva narrativa ideológica, política y económica, en un período de dos años.
Buscar los mecanismos para que los nuevos ricos paguen impuestos, como los cooperativistas, los cocaleros, los gremialistas, así como parte de los agroindustriales, entre otros, y avanzar en un debate para la reforma tributaria.