La situación podría complicarse en los próximos años, de no virar en su política del gobierno en el tema de comercio exterior, y una de las primeras medidas que debería aplicar las autoridades nacionales sería eliminar las restricciones a las exportaciones, sumado a la apertura de biotecnología en el campo de la agricultura.
La adhesión plena de Bolivia al Mercado Común del Sur (Mercosur) implica una serie de retos y desafíos, una de ellas será adecuar las políticas públicas y asimilar compromisos, y perder soberanía.
La Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), a través de su presidente José Luis Farah, dijo que celebran el ingreso, pero solicitan las condiciones que reciben los miembros del bloque, como la apertura al uso de nuevos eventos en la agricultura, es decir profundizar el uso de biotecnología, para competir con grandes productores.
Rodríguez informó que en 26 años de acuerdo con el Mercosur, se registró una relación comercial de 42.000 millones de dólares, en favor del bloque, sin gas natural. Recordó que la misma viene desde 1997 a la fecha, y las gestiones empezaron en la administración de Gonzalo Sánchez de Lozada.
La competitividad toma más relevancia para el sector privado, pues debe lidiar con la liberación de los servicios, así como de las personas, el Estado deberá hacer su tarea para mejorar las condiciones para la industria nacional.
Comercio
A la luz de los indicadores que deja la gestión 2023, urge tomar decisiones inteligentes y valientes, y la hora del sinceramiento ha llegado, sostuvo Rodríguez a tiempo de preguntarse si crecer por debajo del 3% es lo mejor que se puede hacer; los empleos son dignos, de calidad y quién garantiza una inflación baja para los siguientes años.
Los cuestionamientos vienen después de mencionar los datos que proporciona el Instituto Nacional de Estadística (INE), que da cuenta que Bolivia crece; que hay baja inflación; que la desocupación ha caído y por ello pidió un sinceramiento con la economía.
Ya que hay otros datos que muestran una situación difícil para la economía nacional, como el aumento del déficit fiscal, incremento de la deuda pública, bajo nivel de Reservas Internacionales Netas, difícil acceso a los dólares y escasez combustibles.
“¿Estamos dando la importancia que merece el comercio exterior, siendo que tiene que ver directamente con el desempeño de la economía, la estabilidad y la calidad de vida de las personas? El bajo crecimiento y el retorno al déficit comercial en 2023 muestran que, no”, dijo el gerente General del Instituto Boliviano de Comercio Exterior.
Celebran
Mientras el Gobierno celebra que las exportaciones apenas llegarán a un poco más de 10.000 millones de dólares y que las manufacturas son las que destacaron con un porcentaje de 52%.
«Bolivia viene atravesando una de las mejores épocas en su comercio exterior», afirmó ayer el viceministro de Comercio Exterior e Integración, Benjamín Blanco a tiempo de informar que a octubre de 2023, las exportaciones superan los 9.313 millones, las cuales respecto a años anteriores «excepto en 2022» implican que esta es la segunda gestión que registra mejores ventas externas.
De esos 9.313 millones de dólares en exportaciones en 2023, el 52% corresponde a manufacturas y sólo el 48% a gas y minerales. Con estos resultados se revierten los datos de 2014, cuando el 51% de lo que se comercializaba al mercado internacional sólo era gas.
Sin embargo, no mencionó el déficit comercial que registra el comercio exterior nuevamente en la presente gestión con más de -177 millones de dólares.
Observaciones
Con respecto a la información oficial sobre el rol de las manufacturas en las exportaciones, el presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando Romero, señala que resalta el oro metálico en la presente gestión al igual que lo hizo la pasada gestión, cuando alcanzaron 3.003,2 millones de dólares, pero a octubre de 2023 registró solo 2.241 millones, un 11,4% menos.
Explicó que el oro metálico, productos derivados de la soya y el estaño metálico con los productos más destacados dentro de la industria manufacturera, pero a ello se deberá añadir a la urea.
Si comparamos de enero a octubre de 2022 y similar período a la presente gestión, en cuanto a exportaciones de la industria manufacturera, las mismas cayeron en 20%, de acuerdo a Romero.
El economista indicó que la mayor parte de las exportaciones manufactureras son esfuerzo privado, y en mínimo porcentaje el Gobierno, así lo demuestran los datos, pues el oro metálico registra 43% y derivados de la soya 27% en 2022.
Planteó que se debe ampliar la oferta exportadora en función a la tecnología, productos comercializables a buenos precios y de buena calidad.
Caída
Para que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) sea tan bajo en 2023 -muy distante del 4,86% esperado- una de las explicaciones ha sido el derrumbe de las exportaciones, señaló Rodríguez.
Según datos del INE a octubre, las exportaciones de Bolivia sumaron 9.232 millones de dólares (sin reexportaciones ni efectos personales), bajando 22% en valor y 17% en volumen, comparadas a igual lapso del 2022.
«La caída generalizada de precios internacionales; la baja producción de hidrocarburos y de bienes no tradicionales, los insufribles bloqueos, la tardía asignación de cupos y las rencillas políticas, han hecho que las exportaciones hayan sufrido una de las mayores caídas históricas, por 2.523 millones de dólares, en la gestión que termina», apuntó el gerente del Ibce.
¿Cuánto cayeron las exportaciones del país? Los hidrocarburos, 32%; las No Tradicionales, 27% y los Minerales, 13%, se preguntó y respondió el experto en temas de comercio exterior.
«Las importaciones a octubre suman 9.491 millones de dólares, apenas 2% menos en valor pero con una subida del 2% en volumen, mostrando que -aunque la exportación se desplome- las compras se mantienen porque Bolivia depende del abastecimiento externo: cerca del 85% de lo importado son combustibles, insumos, bienes de capital y equipos de transporte, de ahí la importancia de que no falten dólares para su compra, lo que se debería lograr, idealmente, con ventas externas, incentivando el mayor desarrollo posible de las Exportaciones No Tradicionales, principalmente las del sector agropecuario/agroindustrial y forestal/maderero», dijo.
Déficit
Comparativamente a enero-octubre del 2022, las exportaciones del 2023 cayeron 2.523 millones de dólares, mientras que las importaciones apenas bajaron 240 millones; con ello, luego de 3 años consecutivos de superávit entre 2020 y 2022, Bolivia vuelve al déficit comercial en la presente gestión, con 177 millones de dólares.
En términos de grandes categorías económicas, el país detenta superávit comercial en su intercambio con el mundo, en los rubros de alimentos y bebidas, y en suministros industriales; sin embargo, es deficitaria en el comercio de combustibles y lubricantes; bienes de capital; equipos de transporte y en artículos de consumo.
Las exportaciones de Bolivia habían registrado el año 2022 un hito histórico por 13.600 millones de dólares; se calcula que este año estén en alrededor de 11.000 millones de dólares, cifra similar al de las importaciones.
Trabajo
Rodríguez detalló que para crecer más, se debe garantizar la estabilidad y superar la precarización del empleo, urge un trabajo sinérgico-público privado, para que más dólares vengan al país por exportación y baje la salida de divisas por el mayor consumo de producción nacional; para ello, se debe mejorar el entorno para invertir y producir.
«La apertura del mercado de la China para exportar carne bovina es un buen ejemplo de trabajo público/privado; en el campo de la sustitución competitiva de importaciones, también está el trabajo conjunto del Programa Etanol que beneficia al país», concluyó.