El déficit fiscal casi llegó al 11% en 2023 y el FMI proyecta para este y el próximo año 10%. Mientras el Gobierno no retrocede en sus gastos.
La opción de acudir al crédito es una necesidad, el Fondo Monetario Internacional (FMI) es una de las opciones para tener a la mano recursos de libre disponibilidad y por lo menos se requiere 3.000 millones de dólares para resolver la situación del tipo de cambio, dejarlo flotar en el mercado nacional, de acuerdo al análisis del doctor en economía y exdirector del Banco Central de Bolivia (BCB), Juan Antonio Morales.
El economista apuntó a la urgencia de unificar el tipo de cambio, eliminando la existencia de un mercado paralelo que actualmente sitúa la moneda boliviana en niveles muy distintos al oficial. Según el economista, la aplicación de la medida permitiría reestablecer la estabilidad en el mercado cambiario.
Así lo hizo conocer en el foro Tiempos inciertos: crisis económica, energética y ambiental, organizado por la Fundación Tierra, donde varios expertos, de diferentes áreas, expusieron la situación económica, hidrocarburífera y ambiental.
Créditos
A la pregunta si ayudarían créditos externos, dijo que sí, observó que no son de libre disponibilidad, aunque hay una pequeña fracción, pero sí lo son, los recursos del Fondo Monetario Internacional.
Por lo menos se requiere 3.000 millones de dólares, cuyos recursos ayudarían a resolver la situación del tipo de cambio, indicó y recomendó que se debe dejar flotar la divisa extranjera, con intervención del BCB, y para ello requiere liquidez de divisas.
En su momento, el exdirector del BCB, Gabriel Espinoza, expliccó a este medio, “para que el ente emisor intervenga en el mercado y fijar un nuevo tipo de cambio, requiere dólares”, que ahora nos los tiene, por esta razón no toma acciones al respecto.
Morales parte de la idea que se debe liberalizar el mercado para que el tipo de cambio flote por un tiempo, por lo menos entre siete u ocho meses.
Déficit
Bolivia arrastra un déficit fiscal por más de 11 años y aunque no haya publicado las proyecciones para el próximo año el Gobierno, el FMI proyecta que será de 10%, similar al estimado para 2024.
Como se recordará, el 2023 cerró con un déficit de casi 11%, aunque economistas ya proyectaban un 12%, debido a que el Gobierno mantiene el gasto, como si entrarán recursos con en el boom del precio alto del petróleo y producción de gas.
Para el expresidente del BCB, un déficit ideal no debería pasar del 3% del Producto Interno Bruto (PIB), no como ahora, que llega al 11%.
Crecimiento
Morales mencionó que el crecimiento para Bolivia sería de 1,6% de acuerdo al FMI, cuya cifra muestra que no hay retroceso en el indicador, pero sí es bajo, mientras tanto la inflación va subiendo. “Hay una mezcla de alta inflación y estancamiento del crecimiento, lo que se llama estanflación”, apuntó.
Mientras el Banco Mundial proyecta un crecimiento de la economía boliviana para la presente gestión de 1,4% y para el 2025, la cifra se eleva a sólo 1,5%. Entretanto, el FMI estima 2,2%.
Si el Gobierno tomará medidas relacionadas al subsidio a los combustibles, mejoraría la situación fiscal, señaló a tiempo de indicar que la falta de carburantes en el mercado nacional afecta a la producción (de bienes y alimentos), reflexionó.
La idea planteada en febrero de la presente gestión luego de la reunión entre Gobierno y empresarios de implementar la subasta para el diésel, era una buena idea, pero se desconocen los motivos del porqué no se aplicó.
Con referencia a las políticas implementadas a la fecha, como la liberalización de aranceles para algunos productos, Morales coincidió con otras opiniones, sobre que solo son parches y no se ataca el problema de fondo.
Medidas
También indicó otras medidas que se deben aplicar, como una política monetaria estricta, como lo establece el artículo 22 de la ley del Banco Central, limitando los créditos al sector público no financiero salvo en condiciones excepcionales.
También propone eliminar los techos a las tasas de interés y las asignaciones sectoriales. En criterio del especialista, esta medida permitiría una mejor asignación de los recursos financieros y aumentaría la competitividad del mercado crediticio.
Planteó la importancia de crear un grupo de países aliados que respalden a Bolivia, al estilo de los grupos consultivos que existieron en los años 80 y 90, especialmente en tiempos de crisis y finalmente propuso el reescalonamiento de la deuda externa.