Ante un panorama internacional económico incierto, Bolivia ya prevé que no podrá adquirir mucha deuda externa, y casi imposible la venta de bonos soberanos, por ello en el Presupuesto General del Estado (PGE) 2024 presupuesta más obligación interna. La deuda pública del país está en el orden del 82%, de acuerdo a Jaime Dunn, pero las autoridades indicaron, en su momento, de 48% con respecto al Producto Interno Bruto (PIB).

Las tasas de interés son altas todavía, será difícil acceder a créditos privados por el alto porcentaje de interés que se deberá pagar en el mercado internacional. Los países deberán pagar deuda en los siguientes años, pero se pone en duda que habrá recursos para las otras necesidades, de acuerdo a una exposición de Jaime Dunn sobre “las perspectivas económicas de Bolivia y los desafíos”, organizado por Braq Corpaffairs y Commnunications, el pasado miércoles.

Explicó que los altos porcentajes de las tasas de interés de las grandes economías apuntan a bajar la inflación que se disparó, pero la medida no sólo reducirá el costo de los productos sino que también volverá lenta la economía.

Señaló que la producción de China se reduce, y esto puede afectar a los países productores de materias primas, debido a que el precio empezará a bajar. Bolivia vende recursos naturales a China, pero compra productos al gigante asiático.

El presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando Romero, en un artículo de opinión, indicó que el 40% del presupuesto del PGE 2024 se basa en deuda, alrededor de 11.000 millones de dólares de deuda interna y alrededor de 4.000 de externa.

A comparación del año pasado la interna registra un incremento considerable, casi tres veces más que la externa. A esto hay que sumar, que también está programada la emisión de bonos por 2.000 millones de dólares, pero como el riesgo país subió más de 2.000 puntos, la tasa de interés sería alta, por el 25%.

Banco Mundial

Una nota de prensa del Banco Mundial, señala que el financiamiento de la deuda es crucial para el desarrollo, pero los niveles insostenibles perjudican el crecimiento y a los pobres. La deuda puede ser una herramienta útil si es transparente, se gestiona bien y se usa en el contexto de una política de crecimiento creíble. Sin embargo, con frecuencia ese no es el caso. Un alto nivel de deuda pública puede frenar la inversión privada, aumentar la presión fiscal, reducir el gasto social y limitar la capacidad gubernamental de implementar reformas.

Bolivia

Desde el 2007 hasta la actualidad, la deuda externa se ha multiplicado por más de 6 veces, llegando a 13.408 millones de dólares a septiembre de 2023, de acuerdo a la Fundación Milenio.

Con relación a la deuda interna del Tesoro General de la Nación (TGN), esta comenzó a crecer significativamente desde 2018, principalmente la otorgada por el Banco Central. Entre 2017 y 2023 -en menos de 6 años- la deuda interna se multiplicó al menos tres veces, llegando a 128.115 millones de dólares al mes de septiembre.

Actualmente, se ha llegado a una situación límite. El déficit y endeudamiento se tornan insostenibles, con riesgo de default (impago) y las reservas prácticamente se han agotado. El país está nuevamente en riesgo de una crisis de deuda después de cuatro décadas.