Por ejemplo, el economista y ex director del Banco Central de Bolivia (BCB), Gabriel Espinoza Y., escribió en su twitter @g_espinoza que “#Bolivia tiene el segundo riesgo país más alto de la región (démosle las gracias a Venezuela por evitarnos ser el peor). Empezamos el año con algo más de 560 puntos básicos (eso quiere decir que debíamos pagar, más o menos, un 5,6% de interés más que lo que se paga en mercados «seguros», como EEUU)”.
“Hoy, nuestro Riesgo País se ha multiplicado por cuatro veces, lo que significa que deberíamos pagar más o menos un 25% de interés si queremos que alguien nos preste. Gran parte de este incremento tiene que ver con la incapacidad del gobierno para gestionar políticas económicas adecuadas, la falta de transparencia del BCB sobre las cifras de los activos internacionales y la negativa del Gobierno a corregir los desbalances que están agotando las reservas de dólares y energía”, señala en su twitter.
Observa el elevado déficit fiscal que proyecta el Ministerio de Economía para el 2024 en el PGE, de -7.8%& respecto al Producto Interno Bruto (PIB), y ya serían 10 años consecutivos que registra cifras negativas, y de acuerdo al analista Carlos Borth, el acumulado sería más de 30.000 millones de dólares.
Otro dato relevante, y que va en contra de lo que quieren posicionar como mensaje comunicacional (porque ya no les quedan argumentos técnicos ni objetivos sobre la política económica) desde el Poder Ejecutivo, es que esta caída en la calificación y el deterioro en los balances macroeconómicos que enfrenta Bolivia son fruto de factores externos y que, en consecuencia, afectan a todos los países de la región. Sin embargo, como pueden ver en los datos, eso es falso, ya que varios de los países de la región, importadores de energía, o exportadores de materias primas, han tenido reducciones en su riesgo país, aclara.
En definitiva, lo que pasa en Bolivia tiene que ver, sobre todo, con la mala gestión de las autoridades, apunta el economista.