El último dato del Índice de Precios al Consumidor (IPC) muestra que noviembre registró una inflación de -0,003%, septiembre y octubre también presentaron datos negativos -0,06% y -0,01%, y se pone en duda la información pues obedecería a un exceso de oferta o bien a una disminución de la demanda agregada, pero ambos son poco probables debido a que la producción nacional es baja y el contrabando afecta al mercado. El bajo dinamismo del mercado nacional influye, por ello se ralentiza (se vuelve lento) la economía nacional.
Para el presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando Romero, la deflación es un fenómeno contrario a la inflación, consiste en la caída generalizada y sostenida [como mínimo dos semestres, según el Fondo Monetario Internacional (FMI)] del nivel de los precios de bienes y servicios.
“Si bien técnicamente no se puede indicar que eso está pasando en la economía boliviana, si llama mucho la atención la variación del IPC del mes de noviembre, la cual fue de -0,003%; inclusive, los meses de septiembre y octubre, tuvieron el mismo comportamiento con el IPC de -0,06% y -0,01%, respectivamente”, detalló.
Las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística (INE) indican que tenemos inflación negativa o que los precios de la economía están decreciendo, pero eso solo se podría dar por un exceso de oferta o una disminución de la demanda agregada, cosas poco probables actualmente, sobre todo por nuestro nivel bajo de producción nacional y los efectos del contrabando que afectan al mercado, observó Romero.
El economista Gonzalo Chávez, en reiteradas oportunidades en sus redes sociales, recordó que si bien Bolivia tiene la inflación más baja de la economía regional, también los subsidios muy altos, que bordean los 2.000 millones de dólares.
Pero también indicó que si bien la cifra muestra un mantenimiento de precios, sin embargo, señala que el valor de los productos de la canasta familiar se incrementó en 6%.
Mientras tanto, el analista financiero Jaime Dunn, señaló que 2.000 millones de dólares ayudan a mantener el precio, pero el contrabando también juega un rol importante, a esto se suma el control de precios y la reducción de las utilidades de los empresarios.
“Es un hecho que la economía está enfriándose, su crecimiento es bajo y lento. Nuestra economía es ‘suigeneris’, debido a diversas distorsiones en el mercado y los precios por la intervención del Estado, subsidios, tipo de cambio fijo, libre contrabando, entre otros”, señaló Romero.
Explicación
La deflación (o inflación negativa) es el fenómeno contrario a la inflación, es decir, una caída general y continuada de los precios de la economía, aunque puede parecer que una bajada en los precios es algo positivo, la realidad es que la deflación tiene efectos muy perjudiciales en la economía, según la página del banco de España, https://www.bde.es/.
La deflación puede generar un círculo vicioso en la economía, ya que puede provocar una reducción del gasto y la inversión, lo que supondría un menor crecimiento económico y un aumento en el desempleo.
Veamos cómo funciona la deflación: si pensamos que el precio de un producto -por ejemplo, un coche o una televisión- va a bajar, pospondremos nuestra decisión de compra para cuando el precio baje. Si la creencia de que los precios van a bajar se mantiene en el tiempo y todos los consumidores posponen sus decisiones de compra, las empresas tendrán que bajar los precios de sus productos por la falta de ventas. Además, como los precios han caído, las empresas tendrán menos beneficios y tendrán que reducir costes, por lo que tenderán a bajar los salarios de sus empleados o, incluso, reducir plantilla de trabajadores, provocando un aumento del desempleo, explica en su página web.
Al contrario que la inflación, la deflación hace más difícil hacer frente a las deudas, al aumentar la carga real de las mismas, (es decir, el valor de esas deudas en términos de la cesta de consumo). Esto podría llevar a familias y empresas a no poder hacer frente a sus obligaciones, alerta.