El Presupuesto General del Estado (PGE) 2024 estima un precio del barril de petróleo en el mercado internacional de 71 dólares y con esta cifra calculó los gastos que realizará para la subvención y la compra de combustibles. Sin embargo, la volatilidad del valor en el mercado internacional, deja en duda sobre los gastos que se podrán hacer para la subvención y compra de combustibles. El analista del sector hidrocarburos, Mauricio Medinaceli, plantea dos cuestiones cuándo y cómo se lo va hacer la eliminación de esta política, señala dos caminos, uno de forma tradicional o la otra, consensuada.
El especialista y exautoridad del sector de hidrocarburos dijo, en el programa De Primera Mano con la periodista María René Duchen, que lo que se tiene que preguntar es cuándo vamos hacer y cómo lo vamos hacer -eliminar la subvención a los combustibles- y planteó dos escenarios, uno con manifestaciones y enfrentamientos, de la forma tradicional, y la otra a través de una política ordenada, dialogada, consensuada.
El subsidio es un problema estructural, reflexionó a tiempo de indicar que el sector de los hidrocarburos está con serios problemas por la falta de nuevas reservas y el agotamiento de las actuales.
Mientras tanto, la semana pasada, el ministro de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro, al presentar el PGE 2024, sostuvo que la subvención está garantizada, así como recursos para la compra de combustibles.
“El país tiene ingresos por la venta del gas y estos recursos van a cubrir la importación de líquidos”, y en caso de desfase hay otros recursos disponibles de la economía, señaló.
En la medida que se pongan en marcha los proyectos para la producción de biodiésel, el etanol y otros, se minimizarán los gastos, reflexionó.
Siembra y cosecha
Entretanto, Medinaceli recordó que entre 1974 a 1999 fue un período de siembra de hidrocarburos y a partir de 2002, 2003, 2015 fue de cosecha, pero durante éste último período no hubo siembra.
“No hubo siembra, nada que cosechar, por tanto estamos comiendo todo lo que se sembró en el pasado, se está acabando, es finito (el gas y el petróleo)”, criticó a tiempo de indicar que las empresas internacionales no querían hacer esa labor porque la ecuación económica no es atractiva y remarcó que el impuesto en Bolivia se encuentra dentro los más altos del mundo.
Mauricio Ríos García en X (Twitter) @riosmauricio, el pasado 30 de noviembre, escribió: El Gobierno presentó un PGE 2024 sobre la base del petróleo WTI a $us 71, mientras la Agencia Internacional de Energía lo proyecta a $us 89. Claramente subestiman la cantidad de dinero que habrá que destinar a la subvención de hidrocarburos, y más aún a la importación de combustibles.
Asimismo, el economista Antonio Saravia en su @tufisaravia felicitó a la exautoridad de hidrocarburos, Álvaro Ríos, debido a la propuesta realizada en su artículo de opinión: “¿por qué para incentivar y generar inversiones reales no diferimos el Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) y los impuestos a las utilidades durante cinco o 10 años?”.
Administración
Mientras tanto, Medinaceli mencionó algunos hechos que marcaron a Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), como la compra de taladros chinos, la inversión realizada en Boyui, el tema de Catler, empresa que debía construir la planta de separación y los problemas de swap con Brasil.
Señaló que la empresa estatal está plagada de problemas que no corresponden al sector hidrocarburos, sino a la gestión. La rotación de personal es grande.
Ahora, YPFB tampoco hizo su tarea en el tema de nuevos descubrimientos, pues cuando quiso sembrar le fue mal; y la ley de Incentivos tampoco funcionó.
“No hay gas no hay líquidos”, lamentó a tiempo de indicar que la siembra, nuevos descubrimientos de reservas de hidrocarburos, toma su tiempo, entre cinco, siete, inclusive, 10 años.
Costo
Por otra parte, el presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando Romero, informó que se destinarán 1.429 millones de dólares para la subvención de hidrocarburos, que representa 3,22% del Producto Interno Bruto (PIB).
Para Romero, la erogación de recursos para mantener la subvención no es significativa, pero la política implementada desde hace varios años es dañina, pues el precio fijado en el mercado nacional es irreal, a pesar de estar entre los más baratos de la región.
El economista alerta que existe un riesgo de no poder importar carburantes al no tener la cantidad suficiente de recursos para la compra.
Como se recordará hace semanas atrás, el presidente de YPFB, Armin Dorgathen, indicó a los medios de prensa que existía un problema de pagos con los proveedores, y que los que tenían que ver con el tema, era el Ministerio de Economía y el Banco Central de Bolivia.
Precio
El entrevistado indicó que de alcanzar un valor de 85 a 100 dólares el barril de petróleo, la próxima gestión, se duplicará el presupuesto para la subvención y la compra, pero también podría aprovechar Bolivia la venta de gas, pero la caída de la producción y una menor oferta a los mercados vecinos, reducen las expectativas.
El precio fijado de 71 dólares el barril es tanto para ingresos como para gastos y el incremento perjudica a la economía nacional, remarcó.
“Ahora la balanza comercial está a nuestro desfavor. Si sube de manera extraordinaria el bdp (Barril de Petróleo) y sus derivados, gastaremos más en la importación y subvención de carburantes, ya pasaron esos años donde era una buena noticia que suba el petróleo, ahora tenemos menos gas natural que vender y pronto menos mercado”, lamentó.