La aplicación de un modelo económico estatal durante los últimos 20 años no cambio a Bolivia en su rol de primario exportador, a pesar del volumen de ingresos que obtuvo por la venta de gas natural, recursos que no se invirtieron en el cambio de matriz productiva, y las empresas estatales no hicieron la diferencia sino que ayudaron al incremento del déficit fiscal, de acuerdo a un foro realizado en la Universidad Mayor de San Andrés, la semana pasada.
Mientras los defensores del modelo argumentan los incrementos en las recaudaciones, la distribución de los bonos, la baja inflación y la retención de los recursos a partir de las nacionalizaciones de empresas estratégicas, así como la reducción de la pobreza por el boom de los ingresos del gas, pero la misma ingreso en caída y en los últimos años los déficits subieron debido al gasto público.
Para el economista y miembro del Instituto Prisma, Horts Grebe, el modelo económico social y comunitario está asociado más a los ingresos de la venta de gas natural y de minerales, que en la época de la bonanza subieron los precios, así como los ingresos, y luego de la caída de los valores y la producción ingresó en problemas.
Hace unas semanas atrás, el analista financiero Jaime Dunn, en su presentación de análisis sobre la economía nacional, dio un dato interesante, como que se necesita 2.000 millones de dólares para los subsidios, y el sector hidrocarburos se lleva un mayor porcentaje, seguido de los alimentos y servicios.
Bolivia no cambió su matriz exportadora en los últimos años, pese a que el modelo, en 2006 nació con el objetivo de modificar esta tarea, y en el camino modificó su visión para impulsar la demanda interna debido a los recursos que generaba el gas, pero una vez terminada la bonanza acudió a los préstamos internos y externos, e ingreso en un permanente déficit, de acuerdo al análisis del economista de la Fundación Jubileo, René Martínez.
Grebe complementa que en el pasado también se aplicó modelo estatista de redistribución de los ingresos excedentes, pero no colmó las expectativas de la población, la situación se repitió con la actual administración de Estado, y tampoco se aprovechó los ingresos del gas para cambiar la matriz exportadora, y Bolivia, nuevamente, depende de la coyuntura internacional.
Seguimos igual, sentenció a tiempo de indicar que se priorizó la inversión pública y desincentivo la producción privada.
Recordó que los productos primarios representan el 88% de las ventas al exterior, minerales con 49% de participación, hidrocarburos 23% y soya y sus derivados 16%. Todos los esfuerzos realizados no cambiaron la situación del país.
Señaló que la caída de las Reservas Internacionales, la escasez de dólares, aumento del costo de los subsidios, la importación de diésel y gasolina, provocan un drenaje de los recursos nacionales, y serían los síntomas de una economía en apuros a un paso de la inestabilidad.
También sostiene que la coyuntura internacional provocó la situación económica del país, debido a que no se manejó adecuadamente la administración, la pandemia, el rebote estadístico en 2021; la expansión monetaria y subida de tasas de interés de países desarrollados, que lleva a las economías a una recesión; y, finalmente, la guerra Rusia Ucrania, que encareció los precios de los alimentos, hidrocarburos y fertilizantes.
Participación
Por su parte, el director ejecutivo de la Fundación Inaset, Enrique Velazco, dijo que el modelo priorizó el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), pero se redujo la participación de los trabajadores formales, así como aumentó el rol de los impuestos.
Señaló que cayó el ingreso remunerado de los trabajadores y por ende ha caído el consumo final de los hogares, perdieron terreno en ambos flancos.
Al igual que Grebe, Velasco resalto que la competitividad de la producción boliviana esta en mala posición a nivel internacional, y esto se ve en el aumento de las importaciones de productos, que son producidos en el país.
Dijo que aumentó el consumo de productos importados de los hogares en desmedro de la producción nacional, a partir de 2006 los artículos bolivianos perdieron terreno, lo que significa menos empleo formal y un aumento de la informalidad. «La participación fabril se reduce», sentenció.
Crecimiento
Sostiene que entre 2006-2019 los sectores que crecieron fueron el financiero, la construcción y cemento, impuestos y la administración pública; y los que decrecieron fueron textiles, agricultura tradicional, lo que responde al 30% del empleo.
En opinión de Velasco, los primeros no deberían haber crecido, mientras los segundos deberían haber tomado mayor protagonismo en ese periodo, con el objetivo de diversificar la economía y generar empleo.
Indicó que en ese periodo analizado, un millón personas ingreso al mercado laboral, pero el 80% tuvo que buscarse su sustento, es decir por cuenta propia, y una parte se inclinó al sector informal.
A pesar que la Constitución Política del Estado (CPE) establece que el Estado tiene la obligación de generar las condiciones para que se genere empleo formal con todos los beneficios que implica, al parecer se olvidó de su rol, reflexionó Velasco.
Ya en varias ocasiones Jaime Dunn dijo que el éxito del modelo económico del gobierno es la informalidad y el contrabando, sectores que sostienen a la actual administración de Estado.
Modelo
Martínez complementa el análisis al indicar que el Movimiento al Socialismo (MAS) planteó un modelo económico en 2006 que apuntaba a diversificar la matriz exportadora, pero en el camino, en 2010, replantea su propuesta y apuesta al consumo interno para dinamizar la economía y generar crecimiento.
El economista plantea que la actual administración señala un modelo planteado y un modelo explicado, este último es el que se está aplicando con resultados negativos para la economía, reflejado en la caída de las reservas, escasez de dólares y el ingreso a déficits fiscales y comerciales.
Bonanza
Asimismo, sostiene que el modelo económico sólo cosecho lo que sembraron los gobiernos anteriores, que abrieron el mercado al capital privado para aumentar las reservas hidrocarburíferas sumada al contrato firmado con Argentina y Brasil, pero la actual administración del MAS no invirtió en exploración, y la producción de gas está en caída.
Martínez señaló que las facturas dejadas por la administración de Evo Morales, seguida por la de Luis Arce, son déficits fiscales, endeudamiento interno y externo, que amenazan la estabilidad económica.
Los errores políticos del gobierno del MAS empieza con el congelamiento del tipo de cambio, que sólo fomentó la compra de productos externos en desmedro de la producción nacional; y la inversión en empresas públicas que sólo generan déficits, mermaron los recursos, y aumentaron el déficit.
El modelo aisló al sector privado, ya que el gobierno no brindo seguridad jurídica, no generó un clima de inversiones favorables, más bien establecieron cargas impositivas y laborales que desincentivan a la iniciativa empresarial.
Finalmente, del presidente de la Asociación de Docentes de la Facultad de Ciencias Económicas y Financieras de la UMSA, Javier Ávila, defendió el modelo económico social comunitario productivo, asegurando que permitió, por ejemplo, que el sistema financiero gane cuatro veces más que con otros modelos económicos.
También afirmó que en los últimos siete años llegaron más de 1.300 empresas a Santa Cruz. “Este modelo no está en crisis, más al contrario, está de pie y dispuesto a continuar con el desarrollo del mismo”.