Economistas y especialista en la materia agrícola, en su momento, indicaron que el contrabando de productos agropecuarios frena el alza del precio algunos artículos en el mercado nacional.
Un ejemplo, era la papa peruana, que llegaba en grandes cantidades vía legal e ilegal, y por ello este producto mantenía un precio en un rango de 40 a 60 bolivianos, pero los problemas sociales en el vecino país frenaron el ingreso del tubérculo al mercado nacional, y el valor subió.
Pero no sólo se destinó recursos al área rural, sino también en la gestión de Evo Morales, con la mecanización del campo, para lo cual compraron 3.000 tractores, de los cuales se desconoce su destinó y su impacto en la seguridad alimentaria.
El fin de semana, el economista e investigador Joshua Bellott, en diálogo con panamericana, opinó que, si bien se apoyó al sector rural para desarrollar la agricultura, el contrabando afecta al sector, y optan por migrar a las ciudades, y la producción cada vez disminuye.
En su momento también el docente e investigador de la Universidad Mayor de San Andrés, Lucio Tito, opinó que la seguridad alimentaria todavía no llegó al país, a pesar de las inversiones.
Sólo en la gestión de Morales se invirtieron más de 1.000 millones de bolivianos a través de varios programas y el Fondo de Desarrollo para los Pueblos Indígenas Originarios y Comunidades Campesinas (Fondioc).
Ahora, el Gobierno anuncia inversión de 4.000 millones de bolivianos para fortalecer y garantizar la seguridad alimentaria de los bolivianos, mediante diferentes programas y proyectos enfocados a mejorar la productividad agropecuaria, informó el ministro de Desarrollo Rural y Tierras (MDRyT), Remmy Gonzales.
La autoridad indicó que el MDRyT destina 2.800 millones de bolivianos para garantizar la soberanía alimentaria, a estos se suman los esfuerzos del Ministerio de Desarrollo Productivo, que invierte importantes recursos en plantas de industrialización.
Sin embargo, entendidos en la materia, también hacen algunas puntualizaciones, pues el monto no llega al sector productivo, pues el gasto de la administración y burocracia se lleva una buena parte.