La Facturación Electrónica es una realidad en Bolivia y, de acuerdo con la RND N.º 1023-4 y la RND N.º 1022-24, resoluciones emitidas por el Servicio Nacional de Impuestos (SIN), para el 1 de abril del 2023 se proyecta que los grupos 3 y 4, respectivamente, inicien su etapa de obligatoriedad de emisión de facturas electrónicas, a través del medio asignado por la entidad fiscal, que puede ser: electrónico en línea, computarizado en línea o portal web en línea.
“Sin duda este es un año muy importante para la digitalización en el país, puesto que la Facturación Electrónica permite el uso de cada vez más recursos relacionados a la tecnología, lo cual decanta en procesos de aprendizaje más virtuosos”, indica la gerente de Operaciones de GuruSoft, empresa especializada en esta tecnología.
La misma comenzó a ser obligatoria en el país desde diciembre de 2021, pero más allá de ser una normativa del SIN, implica una modernización importante para el sistema impositivo. Y esto se debe a que, entre otras cosas, permite ahorrar costos en papelería y espacios en oficinas -pues ya no se requiere de mobiliario para resguardar documentos tributarios y más bien todo queda en la nube-, optimizar procesos, contribuir al cuidado del medioambiente, registrar de forma más ágil las facturas y fomentar el e-commerce y el factoring.
GuruSoft tiene más de 14 años de experiencia en el sector tecnológico a nivel Latinoamérica y actualmente trabaja con las empresas más grandes de Bolivia. Su software eDoc brinda seguridad, agilidad y practicidad, que son atributos muy necesarios para un mejor desempeño operativo, pues otorga más tiempo a los trabajadores para aspectos estratégicos. Este software se integra a cualquier ERP (planificación de recursos empresariales), sea SAP, Dynamics, JD Edwards, sistemas contables y desarrollos internos, entre otros.
La facturación que por muchos años se realizó de forma manual y que tenía el riesgo de errores involuntarios, gastos relacionados al envío por transporte de las facturas y dolores de cabeza por tantos archivadores llenos, entre otros, está terminando de a poco. Hasta diciembre de 2022, según lo reportó el SIN, se emitieron más de 303 millones de facturas electrónicas, por un monto que casi llega a los Bs 400 millones. Esto denota que la adaptación ha sido aceptable y tiene grandes perspectivas de crecimiento.
Andrade recalca que los contribuyentes bolivianos, como en cualquier otro de los países donde se implementó esta modalidad, necesitan información.
“América Latina es de las regiones que ha crecido con mayor ritmo, adaptando tecnologías de todo tipo para los sectores logísticos, financieros, de telefonía, infraestructura, entre otros, lo cual da cuenta de que existe una preocupación constante por llevar a la economía a mejores niveles. Iniciar el proceso de transformación digital es una meta que todo negocio debe contemplar para este 2023”, finaliza la experta.