Muy temprano, ayer, una comitiva presidida por los familiares y amigos del extinto cantautor salieron en caminata rumbo al teatro paceño para cumplir el sueño de Franz, “ser velado en las tablas de ese escenario”. El recorrido estuvo plagado de emociones, sus compañeros y hermanos de arte cargaron el féretro en hombros y una vez en el escenario, cual si fuera un integrante más, el grupo Jach’a Mallku cantó sus principales temas musicales.
Antes, en un acto emotivo, el hijo de Franz, Sebastian Chuquimia, recibió el poncho y sombrero de su padre como muestra de que continuaría su legado en la agrupación paceña. Posteriormente, cantó con el grupo.
“Una irreparable pérdida, nuestro papito se nos va, Franz Chuquimia se va, su cuerpo se va, pero su alma, su ser sigue con nosotros y esto va a continuar; tenemos mucho recorrido por delante, esto no acaba, Jach’a Mallku no termina”, señaló Sebastián.
Luego se realizó la misa de cuerpo presente, a la que asistieron cientos de personas para acompañar al cuerpo del artista y pedir a Dios lo acoja en su reino. Al concluir la ceremonia, se dispuso un masivo y emotivo cortejo fúnebre que inició en las puertas del Teatro Municipal y concluyó en el sector Girasoles del Cementerio Jardín, al sur de La Paz, donde los restos de Franz Chuquimia, líder y voz principal de Jach’a Mallku, fueron enterrados en medio de llanto, vítores y canciones suyas que interpretaron los asistentes.
El pasado lunes, cuando se dirigía a cumplir su tratamiento médico, el músico perdió la vida a causa de un paro cardiorrespiratorio.