El Presupuesto General del Estado (PGE) 2025 proyecta un crecimiento de sólo 3,5%, una inflación de 7,2%, una inversión pública de 4.024 millones de dólares y un déficit fiscal de 9%, aunque en este último punto las estimaciones son mayores. Pero, el 40% del financiamiento del presupuesto vendrá de nueva deuda pública.
Mientras tanto, el consultor financiero Jaime Dunn hizo una estimación del acumulado del déficit fiscal que registra la economía nacional, en los últimos 10 años, señaló que el total bordearía los 44 mil millones de dólares; y ahora, nuevamente, el Presupuesto programa una nueva cifra negativa de -9,2%.
Por su parte, el analista económico Gonzalo Chávez lamentó que nuevamente se presente un Presupuesto irreal, que al final no cumple con sus metas, como en 2023, donde la inflación programada fue rebasada por la realidad de los precios altos de productos en el mercado nacional, también con el crecimiento, que en la presente gestión no llegará a lo proyectado por el Gobierno, de 3,71% y apenas podría alcanzar a 2% o 2,5%.
El proyecto de ley del Presupuesto General del Estado (PGE 2025) evidencia un agregado por 369.340.694.521 bolivianos y un consolidado por un monto de 296.565.879.63, cuyas metas macroeconómicas son de un crecimiento económico del 3,51%, una inflación anual del 7,5%, un déficit fiscal del 9,2% del Producto Interno Bruto (PIB) y una inversión pública por 4.024 millones de dólares, de acuerdo con el presidente del Colegio Departamental de Tarija, Fernando Romero.
“Si hacemos un análisis rápido de las metas de los PGE desde el 2021 a este por aprobarse (2025), 5 gestiones, se observa que del próximo año tiene las metas proyectadas más altas en inflación y la más baja en crecimiento económico, inclusive el año 2021 (pospandemia) el crecimiento económico proyectado fue de 4,4%, inflación del 3,9%, sin embargo, su déficit fiscal programado (-9,7% del PIB) fue apenas un poco mayor al del próximo 2025”, según Romero.
Crecimiento
A pesar de no contar con recursos en el corto plazo, el Gobierno incrementa el PGE consolidado en un 12% respecto al 2024, a pesar de la situación de crisis financiera y económica que vive el sector público del país a corto y mediano plazo.
“Si hacemos una comparación del 2010 al 2025, el PGE consolidado ha aumentado en un 180%, en los últimos 15 años, la tasa promedio de crecimiento del PGE fue del 7% y en los últimos 5 años del 6%. Por lo que se hubiera esperado un incremento de esa cuantía, desde el 2015 no se observaba una suba (%) tan importante en nuestro presupuesto estatal. La sensatez y la responsabilidad económica apuntaba, a que debería implementarse un PGE mesurado y austero, tal vez con una variación respecto al 2024 máxima del 5%, pero sucedió todo lo contrario, donde el mayor gasto público seguirá siendo el sostén de este actual modelo económico ya desgastado”, reflexionó.
Un dato llamativo es que el PGE consolidado 2025 representa el 95% del PIB nominal que logró Bolivia el año 2023. Si se cumple las estimaciones de crecimiento económico será para este 2024, menor al 2%, cifra que podría ser mayor. “Lo evidente es que, en los últimos años, el PGE ha representado más del 80% del PIB nominal de nuestra economía, como tan cierto es que de estos PGE aproximadamente un 85% fue administrado y gastado por el Gobierno central, denotando burocracia y centralismo económico y político”, indicó.
Otro dato interesante, es que de los ingresos presupuestados dentro del PGE, la deuda pública representa el 41% de los mismos, es decir, la ejecución y cumplimiento del mismo dependerá mucho de este financiamiento, principalmente de la deuda interna, que representará el 80% del total de la nueva deuda pública a incurrir el 2025 por un monto total de 17.580 millones de dólares, donde en teoría debería estar incluido los bonos soberanos que desea vender el próximo año el Gobierno nacional por 3.000 millones.
En cuanto a los egresos presupuestados, el servicio de la deuda externa presupuestada para el 2025 será de 2.536 millones de dólares, un 6% del total del PGE consolidado. Cerca al 30% de los gastos corrientes del 2025 serán destinados al pago de sueldos y salarios, esto sin tomar en cuenta aportes a la seguridad social y beneficios sociales. La inversión pública será menos a la del 2024, para el próximo año se ha presupuestado 4.024 millones, bajo una política cuya fórmula es menor inversión pública, menor déficit fiscal, pero menor crecimiento económico.
En conclusión, las metas gubernamentales plasmadas en el PGE 2025 son una aceptación “sin decirlo” por parte del gobierno sobre la crisis económica que vive y vivirá el país a corto y mediano plazo, afirmó.
“Son proyecciones poco optimistas, donde indican que nuestra economía crecerá menos, tendrá más inflación y sobre todo mayor gasto público, a pesar de una crisis multidimensional donde destacan lo económico y político, con claros resultados negativos y palpables como el desabastecimiento de carburante, escasez de dólares e inflación creciente”, detalló.
Aumenta el presupuesto y decrece la economía, algo contradictorio como se observa, lo más sincero, es decir, que se aumentarán los gastos y se mantendrán sus políticas sociales, en un PGE más pensado en lo político que en la salud económica del país, donde la meta clara son las elecciones nacionales del 2025, sostiene.
Chávez señala en su cuenta @GonzaloCHavezA, que (se aplica) la política del avestruz azul. Niega, niega que algo queda.
Por su parte, el ministro de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro, informó que el subsidio a los hidrocarburos sube a 15.156 millones de bolivianos, mientras que para los alimentos se destinará 750 millones.