La sequía ha tomado un control implacable en las provincias Hernando Siles y Luis Calvo de Chuquisaca, dejando a su paso una devastación sin precedentes. Esta área, paradójicamente rica en recursos naturales, ha sido testigo de la pérdida de una importante cantidad de ganado bovino, con un total de 8.970 cabezas y ha transformado las fértiles tierras en un desolado paisaje desértico, amenazando la producción local.
Lo irónico de esta situación es que en estas tierras resecas y polvorientas se extrae la riqueza de Bolivia: los pozos gasíferos de Huacaya. Estos pozos no solo proveen gas para el mercado local e internacional, sino que también generan ingresos cruciales para el país a través del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH), regalías y otros beneficios. Sin embargo, la sequía ha dejado en evidencia la vulnerabilidad de esta región, a pesar de su importancia económica.
El asambleísta Departamental de Chuquisaca, Juan Cuellar Rodas, fue testigo directo de esta catástrofe. Como productor local y autoridad legislativa, Cuellar ha observado cómo las lagunas que antes alimentaban estas tierras fértiles se han convertido en desiertos polvorientos. La sequía se ha profundizado, dejando a las comunidades locales en un estado de desesperación e impotencia.
“La pérdida de ganado desde el año pasado (…) sólo en Machareti de unas 5.000 cabezas en 2023 (…). El informe técnico del Gobierno Municipal de Machareti donde específicamente como ganado bovino (…) estamos hablando de 8.970 cabezas”, declaró el legislador departamental al programa Periodismo que cuenta desde Sucre.
El impacto se hace sentir en las industrias locales. La producción de miel ha disminuido drásticamente, afectando a los apicultores locales y a las plantas productoras de derivados apícolas. Además, la escasez de agua ha llevado a un aumento exorbitante en los precios de los productos lácteos básicos. El famoso queso chaqueño, que solía ser asequible, ahora se vende a precios elevados, llegando hasta los 40 bolivianos por kilo en el mercado de Sucre.
La falta de agua ha afectado no solo a los ciudadanos, sino también a la economía en su conjunto. La zona afectada limita con los departamentos de Tarija y Santa Cruz, compartiendo una extensa área conocida como la zona chaqueña. Cinco municipios chuquisaqueños han sido golpeados duramente por la falta de agua: Monteagudo y Huacareta, en la provincia Hernando Siles; Muyupampa, Huacaya y Machareti, en la provincia Luis Calvo.
El asambleísta chaqueño observó que las varias cumbres que se realizaron con esta problemática, la última hace tres meses, pero son eventos sin resultados. “Estamos a poco que se realice una nueva cumbre, debería ser regionalizado. La mancomunidad ha convocado para poder trabajar en este momento crítico para llevar un planteamiento”, sostuvo.
En respuesta a la magnitud de esta crisis, la Gobernación ha aprobado un presupuesto de 800 mil bolivianos para asistir a las familias y la producción local. Sin embargo, según Cuellar, esta cantidad es claramente insuficiente para abordar el problema en su totalidad. “Aunque permitirá transportar agua en carros cisterna a algunas comunidades, la ayuda no llega a todos los afectados”, dijo Cuellar.
Las autoridades locales han urgido a una coordinación urgente entre las Organizaciones No Gubernamentales (ONGs), municipios, gobernación y gobierno nacional para efectivizar la ayuda. “Hasta ahora, las respuestas de las cumbres del agua han sido insuficientes para hacer frente a la magnitud del problema”, remarcó. (ANF/Periodismo que cuenta)