Con discursos políticos, el presidente del Banco Central, Pablo Ramos, y el ministro de Economía, Mario Guillén, intentaron justificar ayer la impresión de la nueva familia de “billetes del Estado Plurinacional”, que demandará el gasto suntuoso de $us 40 millones por parte del instituto emisor, en un escenario de continuo descenso de las reservas internacionales.
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