En un principio, el control y vigilancia estaba a cargo, sobre todo, de personal municipal y efectivos de la Policía, pero recientemente los comerciantes también se unieron de forma activa.
“No solo es trabajo de los funcionarios municipales o de policías, sino también de los comerciantes, los que venden refrescos, los que venden dulces, los que venden boletos. Todos están entrenados para detectar un riesgo de trata y tráfico. Hemos habilitado un grupo de WhatsApp, nos mandan fotos y tomamos acciones”, explicó el director de la Empresa Descentralizada Terminal de Buses La Paz, Américo Gemio.
Sostuvo que comerciantes, boleteros, efectivos policiales y trabajadores ediles, fueron capacitados para prevenir la trata y tráfico de personas.
Además, más de un centenar de funcionarios realizan controles en los ambientes de la terminal paceña y en cada uno de los buses que salen rumbo al interior del país, para verificar que los niños estén con sus padres y tengan la respectiva autorización.
Los operativos son constantes y, por ejemplo, hace unos días permitieron identificar a dos menores de edad, de 14 a 15 años originarios de Los Yungas, que intentaban viajar solos a la ciudad de Oruro. En ambos casos, la Defensoría de la Niñez y Adolescencia asumió las medidas correspondientes para contactarse con sus padres y llevarlos a sus casas.
Similares acciones se realizan en la Terminal Minasa, en los buses que viajan al Norte paceño y a otros departamentos.