Los restos del perezoso están en la comunidad de Trigo Loma, cerca del sector de Kolpa Mayu y sus huesos revelan una estructura ósea impresionante: una columna compuesta por una secuencia de nueve cuerpos vertebrales, que culmina en materiales que se cree pertenecen a la cadera de este antiguo gigante.
Estos huesos podrían ser atribuidos a un perezoso del pleistoceno, una especie terrestre que pertenecía al superorden Xenarthra y al orden Pilosa, explicó el paleontólogo Omar Medina.
Lo asombroso de este descubrimiento radica en las diferencias notables con los perezosos actuales, criaturas principalmente arborícolas. Estos perezosos prehistóricos, en cambio, habitaban en tierra firme y alcanzaban dimensiones extraordinarias, llegando a medir entre tres y cinco metros de altura, cuando se erguían para alcanzar las hojas en las copas de los árboles.
El paleontólogo chuquisaqueño, Omar Medina, destacó la relevancia de este hallazgo para comprender la diversidad de mamíferos extintos en la región, arrojando luz sobre una época en la que estas majestuosas criaturas dominaban la Tierra.
Roger Zárate, encargado de las excavaciones, ha llevado a cabo el proceso de extracción con meticulosidad, empleando técnicas especializadas para proteger los fósiles con vendas de yeso y garantizar su preservación segura.
Aunque aún esta en proceso de estudio, este hallazgo se ha convertido en un hito significativo para el departamento, ofreciendo una ventana fascinante a la vida prehistórica en Chuquisaca y enriqueciendo nuestro conocimiento sobre la megafauna que alguna vez deambuló por estas tierras, según afirmó Medina. (Sucre, Erbol)