Innumerables estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS), universidades de diversos países, incluidas bolivianas, fundaciones y asociaciones médicas demuestran que el mercurio es altamente tóxico para la salud de las personas y por ello desmienten al ministro de Medio Ambiente, Rubén Méndez, quien dijo lo contrario.
Méndez puso en duda la peligrosidad de ese elemento, usado en la minería y echado a los ríos de la Amazonía boliviana, sobre todo por las cooperativas auríferas. Explicó que él jugaba con el mercurio cuando fue niño y que ello no le afectó en su desarrollo.
De acuerdo a la OPS, el contacto con el mercurio en las personas puede afectar al sistema nervioso, digestivo e inmunitario, además de causar afecciones en los pulmones, riñones, piel y los ojos.
Los efectos del mercurio en personas de cinco años en adelante son la pérdida de visión periférica, falta de coordinación de movimientos, disfunción en el habla, audición y debilidad muscular.
Otros estudios médicos establecen que los fetos pueden ser afectados en su desarrollo cognitivo después del nacimiento, igual que la memoria, lenguaje, habilidades motoras finas y visuales. A las madres que están en etapa de gestación la exposición al mercurio puede ocasionar trastornos neurológicos y renales, además de una afectación en la piel y cabello.
En junio de esta gestión, la Central de Pueblos Indígenas de La Paz (Cpilap) presentó un estudio que reveló que las poblaciones indígenas en el norte boliviano son envenenadas con mercurio de la minería aurífera. La investigación indicó que el 75% de las personas tienen niveles altos de mercurio por encima de los parámetros internacionales.
Otro estudio de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), presentado por el director de la Carrera de Ingeniería Química, Gonzalo Lima, alertaba sobre los altos riesgos que conlleva el uso del mercurio en la actividad minera.
“Queremos sensibilizar a la población sobre los altos riesgos que genera trabajar con mercurio en la explotación de oro, sabemos que en la parte norte del país se explota oro con la utilización de mercurio”, dijo Lima en una conferencia magistral en la UMSA.
La semana que concluye, un familiar de dos hermanos fallecidos en la comunidad San Silvestre, cercana a Rurrenabaque, del departamento del Beni, denunció a los medios que sus muertes se debieron al consumo de pescado contaminado con mercurio. Otras dos personas resultaron hospitalizadas.
Pese a la superabundante información sobre el tema, que ha sido difundida masivamente en los medios de comunicación, el ministro Méndez dio una opinión contraria: “Alguien decía: ‘hermano ministro, ya tengo 66 años y no tengo ningún síntoma de mercurio’. Y creo que también le creo, porque yo soy de Potosí y en 500 años de vida, Potosí ha usado mercurio para la plata y para el oro. Por los ríos de las calles de Potosí, cuando llueve, sigue corriendo mercurio”, dijo.
Agregó: “Los niños de Potosí siguen juntando mercurio en botellas para vender, no sé si están enfermos. Yo he vivido frente a la mina, prácticamente vengo de los campamentos mineros y jugaba con mercurio”, durante un conversatorio sobre “Minería aurífera: el mercurio en cuestión”.
Indicó que los estudios sobre contaminación con mercurio que presentó la Cpilap y la UMSA “serán valorados” y que su despacho presentará “datos verdaderos para ver hasta dónde está afectando el mercurio a los seres humanos, a los animales, las plantas, al agua para consumo humano, etcétera”.
El acuerdo de Minamata, de la que es parte el país, establece la eliminación gradual de este metal además de la regulación de su uso en el sector de la minería.
Además de que lanzó el Decreto Supremo 4959 que busca regularizar el uso del mercurio en la minería y reducir el impacto en el medio ambiente. La norma crea el Registro Único de Mercurio (Rume) que autorizará la importación y exportación de este producto.
Diversos analistas han señalado que el Gobierno en realidad no actúa contra el mercurio ya que los cooperativistas que usan ese elemento son muy poderosos y, además, son aliados del oficialismo.
PREOCUPACIÓN
La senadora de Comunidad Ciudadana (CC), Cecilia Requena, manifestó que más allá de la retractación del ministro de Medio Ambiente y Agua, Rubén Méndez, sobre los efectos del mercurio, es preocupante que desconozca los estudios sobre las sustancias tóxicas.
“Pese a retractarse de sus lamentables declaraciones, preocupa posición del Ministro de Medio Ambiente con respecto al mercurio, porque puso en duda estudios realizados con metodología por la sociedad civil, instituciones reconocidas por el Alto Comisionado de NNUU para las sustancias tóxicas”, señaló la legisladora.
Una ola de críticas se generó en torno a las polémicas afirmaciones del titular de Medio Ambiente y Agua sobre el mercurio, en un evento realizado en la Vicepresidencia del Estado denominado Conversatorio en Democracia Minería aurífera: el mercurio en cuestión.
La autoridad tuvo que salir a aclarar su posición, pero se justificó bajo el argumento de que sus declaraciones fueron “sacadas de contexto”. “Soy consciente del peligro del mercurio en la salud humana, en el medio ambiente, en el agua, tanto así que diferentes Ministerios estamos trabajando en eso”, dijo Méndez.
El director del Centro de Documentación e Información de Bolivia (Cedib), Oscar Campanini, rechazó la aclaración del ministro. “¡No fueron sacadas de contexto, incluso las ratifica! Claramente su intención es desconocer que el mercurio es un grave problema en Bolivia e invisibilizar los impactos de la minería aurífera y de más de 1.500 toneladas que han entrado desde 2016!”.
El investigador de esa misma institución, Franco Albarracín, dijo que el titular de esa cartera de Estado “debe renunciar” porque sus afirmaciones fueron claras y no fueron sacadas de contexto.
La Organización Panamericana de Salud sostiene en su portal que la exposición al mercurio (incluso a pequeñas cantidades) puede causar graves problemas de salud y es peligrosa para el desarrollo intrauterino y en las primeras etapas de vida.
Para la Organización Mundial de la Salud, el mercurio es uno de los diez productos o grupos de productos químicos que plantean especiales problemas de salud pública. (Brújula Digital, ANF).