El embarazo debería ser una etapa en el que la mujer goce de la protección y cuidado de la pareja, pero existen más de 4 mil madres adolescentes y jóvenes, que pasan esta etapa en situación de calle, pone en riesgo su salud y la del bebé, debido a la falta de prevención y control de parte de las instituciones públicas.
Existen adolescentes y jóvenes en La Paz y El Alto, que pasan por esta etapa en riesgo extremo y es una población vulnerable que muchas veces son desapercibidas por la sociedad.
Según un estudio presentado por la organización Maya Paya Kimsa, que brinda datos sobre esta problemática de la población, que comprende entre los 12 a 24 años de edad de adolescentes y jóvenes, los problemas familiares provocan la adopción de la calle como un segundo hogar y medio de subsistencia.
La mayoría de esa población se escapó de situaciones de violencia en sus hogares, entre otros factores. Buscan refugio y alejarse de este ambiente, pero lamentablemente caen en manos de grupos vulnerables, como alcohólicos, drogadictos, entre otros, que se dedican a la delincuencia.
“La organización tuvo la oportunidad de realizar un estudio cualitativo con las adolescentes y jóvenes, entre 12 a 24 años de edad, que han tenido experiencia de vida en las calles y los datos son preocupantes, debido a que gran parte de ellas proviene de familias desestructuradas (conflictivas), pobres y donde la violencia ha sido una constante en sus historias, primero en su hogar y luego en la calle, lastimosamente”, explicó el coordinador Nacional de Maya Paya Kimsa, Denis López.
El embarazo y la maternidad adolescente en la calle son muy complicados, si se considera que para el varón es difícil sobrevivir, para la mujer es el doble de peligroso y por esta razón se acerca a una persona mayor con experiencia, quien la abusa sexualmente e incluso la capta para prostituirla, con el riesgo de la ITS, VIH Sida, que implica el deterioro de su salud.
Vínculos
“La situación tan vulnerable en que se encuentran las madres gestantes en situación de calle genera desafíos, pues piensan que sólo al ser madres tienen un lugar en la calle, que significa responsabilidad, es una circunstancia adversa, nadie les da trabajo y lastimosamente recurren a la violencia sexual comercial para subsistir y dar mejores condiciones al niño. Esta situación difícil, que viven, genera un vínculo muy fuerte entre madre e hijo”, sostuvo López.
Agregó que en ocasiones las defensorías no ven la ruptura de estos vínculos que se crean cuando separan a las madres de sus niños, pues generan en ellas una situación de angustia y depresión, que las lleva nuevamente a retrocesos y al consumo de drogas o alcohol, que muchas veces lo superan gracias a la motivación de los hijos.
“¿Qué hay de la madre adolescente a quién le quitan a su niño? Se debe buscar una alternativa para pensar en reunificación afectiva, con propuestas de políticas públicas con perspectiva de género, en las que se genere oportunidades para que ellas puedan conservar a sus niños y se realicen acciones para generar una fuente de ingreso. Cómo el caso de una adolescente que tiene tres niños y por ellos salió adelante con la venta de rellenos de papa, entre otros”, recordó.
La entrevistada indicó que el estudio presentado es complementario al anterior que realizaron con relación a la Violencia Sexual y Violencia Sexual Comercial en niñas y adolescentes en La Paz y El Alto; Cochabamba y Santa Cruz. En este campo existen muchos desafíos para plantear soluciones alternativas para esas personas en situación de calle, la respuesta no es solo dar albergue, alimento, ropa y con ello termina.
La organización no gubernamental Maya Paya Kimsa trabaja hace 20 años con el tema de la niñez y adolescencia en situación de calle, promoviendo a través de sus estudios el visibilizar esta problemática y apoyar a esta población para que deje la calle y se reintegre a la sociedad, con sus programas destinados a promover la inclusión social y el respeto a sus derechos.