El dictador Daniel Ortega ordenó la ruptura de las relaciones diplomáticas con el Vaticano, luego de las contundentes declaraciones del papa Francisco, en las que calificó al régimen sandinista como «una dictadura grosera, guaranga», confirmó «Confidencial», el sitio dirigido por el periodista exiliado Carlos Fernando Chamorro.
El régimen habría adoptado la decisión unas horas después de que se publicara la entrevista en la que, además, el Pontífice comparó al gobierno de Nicaragua con una «dictadura hitleriana».
Según detalló el medio, la representante del régimen sandinista ante la Santa Sede, comunicó verbalmente la decisión en la Secretaría de Estado del Vaticano. Horas después de que se conociera la noticia, el ministerio de Relaciones Exteriores del régimen emitió una declaración oficial en el que no utiliza el término ruptura pero sí confirma una «suspensión de la relaciones diplomáticas».
El papa Francisco fue muy claro durante la extensa entrevista publicada el último viernes en Infobae. A su entender, el régimen nicaragüense se transformó en una dictadura grosera. «Con mucho respeto, no me queda otra que pensar en un desequilibrio de la persona que dirige (Ortega). Ahí tenemos un obispo preso, un hombre muy serio, muy capaz. Quiso dar su testimonio y no aceptó el exilio», aseveró Francisco desde su residencia. Francisco hablaba de monseñor Rolando Álvarez, obispo de la diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la diócesis de Estelí, ambas en el norte de Nicaragua, quien hace un mes fue condenado a más de 26 años de prisión por delitos considerados «traición a la patria» y un día luego de negarse a ser desterrado por el Gobierno de Ortega a territorio estadounidense.
El obispo rechazó subirse al avión que lo llevaría, junto con otros 222 excarcelados políticos nicaragüenses, todos opositores, hacia Estados Unidos, lo que provocó la furia de Ortega, que lo tachó de «soberbio», «desquiciado» y «energúmeno».
En su análisis, Francisco agregó: «Es una cosa que está fuera de lo que estamos viviendo, es como si fuera traer la dictadura comunista de 1917 o la hitleriana del 35, traer aquí las mismas… Son un tipo de dictaduras groseras. O, para usar una distinción linda de Argentina, guarangas».
Con la ruptura, Nicaragua ingresó en el grupo de trece países que no mantienen relaciones diplomáticas con la Santa Sede: cuatro comunistas (Vietnam, Corea del Norte, China y Laos) y ocho son musulmanes (Somalia, Omán, Mauritania, Maldivas, Islas Comores, Brunéi, Afganistán y Arabia Saudita), el otro es Bután, un reino budista en el sur de Asia.
Confidencial agregó que «al representante de la Nunciatura en Managua le dieron una semana para irse del país».
Las declaraciones de Francisco, muy esperadas entre religiosos y activistas, recibieron numerosas muestras de respaldo.
El obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Silvio José Báez Ortega, celebró los dichos del Papa. «Les ha dicho lo que son: una dictadura de desequilibrados, vulgar y anacrónica, al estilo hitleriano y comunista», afirmó en Twitter el influyente obispo, que se encuentra fuera de Nicaragua desde hace cuatro años por decisión del papa Francisco por motivos de seguridad.
«Creo que no es la primera vez que el Papa los ve así (al régimen de Ortega) y no es tarde para decirlo», agregó el religioso, quien el 15 de febrero pasado se convirtió en el segundo miembro de la Conferencia Episcopal de Nicaragua a quien las autoridades judiciales de su país le retiraron la nacionalidad y ahora reside en Estados Unidos.
La abogada Martha Patricia Molina, quien ha documentado más de 400 ataques de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo en contra de la Iglesia Católica en Nicaragua, dijo que el Papa Francisco hizo una «excelente descripción» al comparar a Ortega con Adolf Hitler.
«No podemos esperar que el Papa, obispos y sacerdotes actúen igual que nosotros los laicos. El Papa hizo una descripción excelente de lo que es el dictador al compararlo con uno de los personajes más nefastos de la historia como lo fue Adolf Hitler», señaló Martha Patricia Molina.
De acuerdo con la abogada, “el Papa nunca estuvo en silencio, él ha permanecido orando por lo que sucede en Nicaragua, sin embargo, sus declaraciones públicas actuales fueron realizadas en tiempo prudente, cuando observa que no hay salidas ni medios», explicó.
Si bien Molina celebró las declaraciones, advirtió que el régimen ahora puede recrudecer la represión. «Ahora lo que se espera es una respuesta más sanguinaria de parte de la dictadura hacia la iglesia católica nicaragüense», alertó. (Infobae).