De esta forma, los Veintisiete cierran su postura de cara a las negociaciones con el Parlamento Europeo en un reglamento que busca hacer frente al aumento de los residuos de envases generados en la UE, a tiempo que se armoniza el mercado interior de envases y se impulsa la economía circular. En todo caso, los países quieren más margen para la aplicación y amplían el plazo a 18 meses después de su entrada en vigor.
“Este acuerdo manda el firme mensaje de que la UE se compromete a reducir y prevenir los residuos de envases de todo tipo», explicó la vicepresidenta Tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, quien apuntó que el reglamento es «crucial» en la estrategia climática y de economía circular de la Unión Europea.
Los Estados miembros de la UE mantienen que todos los envases comercializados deben ser reciclables, como proponía la Comisión Europea, pero acuerdan condiciones sobre los envases reciclables y se considerarán aquellos que estén diseñados para el reciclado de materiales y cuando los residuos de envases puedan recogerse por separado, clasificarse y reciclarse a escala.
Respecto a las bolsitas de té y las etiquetas adhesivas de frutas y verduras, la UE pedirá que sean aptas para hacer compost, introduciendo la opción de que los Estados miembros pidan esta condición a otros envases como bolsas de café o bolsas de plástico ligeras.
El reglamento limitará los envases al exigir a los fabricantes e importadores que garanticen que el peso y el volumen de los envases se reduzcan al mínimo, excepto en el caso de los diseños de envases protegidos. De esta forma, los Veintisiete siguen la propuesta de la Comisión para reducir los residuos de envases en el 5% para 2030, 10% para 2035 y 15% para 2040.
La UE quiere incluir un número mínimo de viajes o rotaciones en el uso de envases y fija nuevos objetivos de reutilización y rellenado para 2030 y 2040. Tienen objetivos diferentes los grandes electrodomésticos, los envases para comida y bebidas para llevar, las bebidas alcohólicas y no alcohólicas, excluido el vino, los envases de transporte, excluyendo los envases utilizados para mercancías peligrosas o equipos a gran escala y los envases flexibles en contacto directo con alimentos. Respecto al cartón queda exento de estos requisitos por las características del material. (Europa Press)