«La cantidad mínima de agua que se necesita en una emergencia es de 15 litros, que sirven para beber, lavar y cocinar. Solo para sobrevivir, se estima que el mínimo es tres litros diarios», estima Unicef.
La directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell, recalcó que acceder a una cantidad mínima de agua limpia es una cuestión de vida o muerte y que los menores de la Franja de Gaza apenas tienen una gota para beber.
«Los niños y sus familias consumen agua procedente de fuentes no seguras, que están altamente salinizadas o contaminadas. Sin agua segura, muchos más niños morirán debido a las privaciones y enfermedades en los próximos días», dijo.
Unicef destacó que la mitad de los cientos de miles de desplazados internos que están llegando al paso de Rafá desde principios de diciembre son niños y que necesitan desesperadamente alimento, agua, refugio, medicinas y protección.
En consecuencia, a medida que la demanda aumenta, los sistemas de agua y saneamiento de la ciudad están en un estado extremadamente crítico. El reinicio de las hostilidades, más la falta de suministro eléctrico, cortes de combustible, accesos restringidos e infraestructuras dañadas, causó que al menos el 50 por ciento de las instalaciones de agua y saneamiento estén dañadas o destruidas.
La falta de inodoros, duchas y productos de higiene en los refugios de la Franja también está provocando un aumento de la propagación de enfermedades.
«Los constantes bombardeos, junto con las restricciones a los materiales y el combustible permitidos en el territorio, están impidiendo avances clave.
Necesitamos urgentemente estos suministros para reparar los sistemas de agua que resultaron dañados», exigió Russell.
Unicef hizo un llamamiento a las autoridades para que les permitan actuar de manera rápida, segura y sin trabas. Eso incluye, remarca, permitir que se atiendan las necesidades de agua y saneamiento en la Franja de Gaza restaurando y rehabilitando la infraestructura existente.
Asimismo, exigió a todas las partes que cumplan con sus responsabilidades jurídicas internacionales de proteger las instalaciones de agua y saneamiento y a los trabajadores encargados de garantizar su mantenimiento y reparación. (Europa Press)