Como cada año, los propietarios en agradecimiento a los favores que reciben de estos cráneos, los llevan “a escuchar misa” y luego compartir con ellos bebidas y alimentos.
“Es una fiesta, a veces nosotros se los hacemos sombreros o gorros, chalinas o urnas, pero también hay ocasiones que otros les regalan. La gente viene y traen flores y velas, les prenden y piden lo que quieren”, contó la señora Mónica, quien es amauta y tiene varias “Ñatitas”.
Acotó que los creyentes, incluso, preparan fiestas con orquestas, bandas y fraternos, “como un preste”.
La mayoría de estas “Ñatitas” eran personas que fallecieron de forma trágica, otras pertenecieron a algún familiar del creyente que la posee y de algunas se desconoce su procedencia, pero a todas se les atribuye “ciertos poderes” para “solucionar problemas, buscar personas, tener trabajo, mejorar la salud y todo lo que se les pida con fe”.
Aunque, según Mónica, varias se caracterizan por ser “celosas y siempre hay que prenderles velita los lunes y acompañarles con coca y cigarro”.