“Esta es una oportunidad en la que van a poder hablar de manera directa con las víctimas. Es una obligación de la CIDH ir a las cárceles”, manifestó Manuel Morales, vocero del Conade.
El activista precisó que la presencia de esta delegación no responde a una invitación del Estado boliviano, como se pretende hacer creer desde el Gobierno, sino que es fruto de las gestiones realizadas por el ente defensor de la democracia durante las audiencias con la presidencia de este organismo internacional.
Sostuvo que la CIDH únicamente puede venir a un país cuando existe evidencia de graves vulneraciones a los derechos humanos, y no cuando hay se lleva adelante una reforma judicial que prácticamente está fracasando o cuando el gobierno los invita.
“Nosotros hemos solicitado la visita ‘in loco’. Esto es fruto de la audiencia que nos han concedido, además hemos pedido otras medidas como la investigación de muertes”, indicó Morales, apuntando que la lista de vulneraciones es muy grande y por eso están viniendo a Bolivia.
Para el diputado por Comunidad Ciudadana, Alejandro Reyes, se debe visitar las cárceles y confirmar lo que ya todos sabemos pero que el mundo entero debe conocer, “estos recintos se han convertido en espacios de confinamiento para los políticos”.
El fin de semana, el ministro de Justicia, Iván Lima, confirmó la visita al país de una delegación de la CIDH entre el 23 y 30 de marzo.