En medio del contexto sociopolítico actual, el presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), Aurelio Pesoa, pidió a la población “no quedar indiferentes ante los abusos, la injusticia, la violencia que pareciera que se va multiplicando en nuestro país” e insistió en el diálogo en comunidad.
La autoridad eclesial pronunció estas reflexiones durante su homilía en la misa dominical celebrada ayer en la Catedral Santísima Trinidad en el departamento de Beni.
En ella, también pidió apostar por la unidad y el diálogo en comunidad, pues observó que cada vez se hace más “ausente” en los tiempos actuales. “(Son) tiempos de ausencia de pastores creíbles, tiempos en donde cada uno busca su propia ventaja, en donde la palabra ‘unidad’ se hace cada vez más ausente”.
Pese a este escenario de falta de unidad en “nuestro lastimado país”, el prelado recordó que “el Señor nos pide no cansarnos y seguir apostando por el diálogo como el camino seguro para una verdadera hermandad y fraternidad”.
Por otro lado, Pesoa también destacó la misión profética de la Iglesia Católica, manifestando que una Iglesia sin profetas está a riesgo de “caminar sorda y muda” ante la realidad del mundo y el llamado de Dios. “Ella no puede desentenderse de la realidad concreta en la que vivimos”, expresó.
En tal sentido, reflexionó a los misioneros sobre los peligros de predicar un cristianismo carente de espíritu profético, pues un cristiano así “corre el riesgo de quedar controlado por el orden, la tradición o el miedo a la novedad de la Palabra de Dios”.
Por su parte, el obispo, Sergio Gualberti, conmemoró 53 años de sacerdocio y 25 años de servicio eclesial en Bolivia. Describió al pueblo de Bolivia como “una Iglesia pobre entre los pobres”, pero sembradora de verdad, libertad, justicia, paz, amor y solidaridad, valores del reino de Dios.