Por la caída de los precios de las materias primas que el país exporta, desde 2014 los ingresos que percibe el Gobierno son inferiores al gasto y a la inversión pública, razón por la cual, durante cuatro gestiones consecutivas, se ha generado un déficit fiscal con tendencia creciente. Según el presupuesto elaborado para la gestión 2018, esta situación se mantendrá y alcanzará el 8,3% del PIB, lo que significa que el Gobierno requiere obtener financiamiento por más de 3.000 millones de dólares para cerrar su flujo el 2018, calculó Armando Álvarez, analista financiero.
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