De acuerdo con expertos, el desvío del cauce de aguas para actividades mineras, para riego de cultivos, la deforestación, el cambio climático, la reducción de las precipitaciones pluviales y las anomalías meteorológicas que se presentan cada cierto tiempo; son algunas de las causas que inciden para que los niveles de agua en represas, ríos y lagos disminuyan.

La primera: “La actividad minera es la que demanda mucha agua, demasiada, por eso generalmente las actividades mineras desde que hacen la excavación de minerales ven también el acceso al agua y generalmente el mineral queda en las nacientes de las cuencas de agua, arriba en las serranías. Como esa actividad empieza a realizar en las nacientes de agua, una vez que empieza la actividad minera, toda la cuenca se ve afectada porque el impacto del uso de estas aguas se va esparciendo por toda ella”, aseguró el experto y miembro de la Coordinación de proyectos de Probioma (Productividad Biosfera Medio Ambiente), Antonio Sanjinés.

Además del alto consumo de agua, el uso hídrico para actividades mineras afecta la disponibilidad y calidad del líquido elemento, es decir, promueve su contaminación y la destrucción de las fuentes de agua.

Detalló que para estas empresas, legales o ilegales, funcionen en diferentes regiones del país se extrae agua del subsuelo o de la superficie, sea de pozos y manantiales o de ríos, lagunas y represas. Lamentó que no se tengan datos de los volúmenes de agua que usan.

Asimismo, explicó que las actividades mineras que tienen diques de cola, que son pequeñas represas, donde acumulan agua “no cuentan con una construcción técnica que sea científica o muy garantizada, generalmente para reducir costos los hacen con materiales poco garantizados y en época de lluvia rebasa la capacidad de agua que tienen”.

Entonces, es muy importante realizar el mantenimiento necesario de estos lugares para evitar problemas que afecten a todos los que están cuenca abajo, por lo que “tienen que ser construidos con criterios técnicos serios”.

Para Sanjinés, hay una preocupación muy grande respecto a la proliferación de empresas dedicadas a la pequeña minería extractivista, que se asienta en lugares como la Amazonía, por ejemplo. Además otro problema es el uso del mercurio que hacen en estos lugares, por lo que “las autoridades deben intensificar los controles, porque si no hay controles, por lógica incrementará”.

“En estos últimos años (en Bolivia) ha incrementado la actividad minera por distintas razones. La falta de control y el incremento de la demanda del mercado internacional son causas que inciden. Se debe aplicar la normativa, porque en la medida que de deje más libre esta forma ilegal de explotación, la actividad minera crecerá”, advirtió el experto a tiempo de asegurar que “tenemos un Estado muy débil en generar controles para el cumplimiento de la ley”.

Aseguró que este tipo de desvíos de agua, causa contaminación del líquido y de las tierras o suelos con los que tiene contacto.

“Claro que puede tener consecuencias, porque estamos hablando de las nacientes de las aguas. Son ecosistemas, por eso se debe cuidar la cabecera de agua, en la medida que se afecta la cantidad de agua puede verse reducida, contaminada”, apuntó y sostuvo que “hay una relación directa entre el desnivel de ríos con la actividad minera”.

Segunda: Otra causa que influye en los desniveles de represas, ríos o lagos es también el desvió para el riego de cultivos. Por ejemplo, el lago Titicaca se alimenta de varios ríos, pero si el cauce de éstos es alterado, no desemboca la cantidad necesaria de agua.

“Son muchas desviaciones que se hacen de los propios ríos para el riego (…) el lago Titicaca es un lago que no tiene un desagüe, se alimenta de las aguas que le llegan de diferentes cuencas, entonces la mayoría de los ríos que llegan a él están siendo intervenidos y eso causa una disminución”, indicó.

Tercera: La deforestación es otra causa, la reducción de bosques también ha acelerado el problema de la falta de agua, incluso de las aguas subterráneas, este tipo de hechos es más visible es sitios como Santa Cruz.

En este caso también se puede indicar, según Sanjinés, que la “agresiva actividad de cultivos” también incidió para el desnivel en el lago Titicaca. “La quinua es otro cultivo que afecta a los ecosistemas del Altiplano, porque están habilitando tierras de manera muy acelerada, porque hay un mercado que lo demanda y eso también afecta todo el sistema hídrico del Altiplano”.

Por otro lado, para el experto del Instituto de Hidráulica e Hidrología de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), José Luis Montaño, otra de las causas, la cuarta, para que se registren bajos niveles de agua tienen que ver con el cambio climático.

“El cambio climático, como una primera causa, por efecto del incremento de la temperatura, que se da a todo el mundo, la temperatura se ha incrementado entre un grado a 1.5, en varios lugares del país y esto está obligando a que los niveles de vaporización del agua aumente, entonces en un cuerpo de agua semejante (al lago Titicaca) los niveles de vaporización son altos”, explicó.

Quinta: El tema de la reducción de la precipitación, en todo el Altiplano y Valles también incide, ya que “se aprecia un descenso de la precipitación, en algunos lugares más que en otros”.

Finalmente, sexta: “tenemos anomalías meteorológicas que se presentan cada cierto tiempo, en estos momentos de acuerdo a los registros del ONI (Índice Niño Oceánico) el índice de oscilación del Niño, este año vamos a tener un fenómeno del Niño” y ese hecho seguro traerá consecuencias como sequías.

Ambos expertos, a su turno aseguran que es momento de planificar acciones de prevención que partan de todos; Gobierno central, gobernaciones, alcaldías y servicio de meteorología, entre otras instancias. En el caso del lago, incluso hacer reuniones con Perú.

Fomentar la plantación de árboles, cuidar bosques, las comunidades están convocadas a llevar acciones importantes referidas al cuidado y protección del agua, sus pobladores deben defender las aguas nacientes, para que no lleguen a contaminar cuencas. Las autoridades deben monitorear y exigir el cumplimiento de normas a empresas mineras.

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