Mientras el Gobierno señala que el crecimiento para esta gestión 4,8 %, la Comisión Económica para América Latina (Cepal), 5,1 %, y otros organismos internacionales estiman que no pasará del 4 %; los empresarios calculan que estará entre 3 % a 4 %.
Pero también se proyecta que la caída de la economía nacional en 2020 llegará a -6,7 %, menor a lo estimado por el Gobierno, que estima que la recesión está en -8 %.
Entretanto, el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) prevé un crecimiento económico de más de 6 % sí se brindan condiciones al sector productivo, afirmó el gerente general de la institución, Gary Rodríguez, según ABI.
“Creemos firmemente que sí se le dan condiciones al sector agrícola, pecuario, agroindustrial y forestal, la economía boliviana muy rápidamente puede salir de su postración, de esta debacle que tuvimos en 2020 por causa del confinamiento, y podríamos crecer a tasas del 6, 7 y 8 por ciento”, dijo Rodríguez.
Sin embargo, en una charla virtual, el economista Gonzalo Chávez dijo que Bolivia sí crecerá en esta gestión por rebote, pero duda de que se mantenga el crecimiento en los próximos años.
A esto, el nuevo informe de las proyecciones del BM señala que el panorama presenta riesgos adversos. El ritmo de actividad podría disminuir por varios factores, entre ellos, la imposibilidad de contener la pandemia, problemas relacionados con la deuda y el financiamiento externo, el resurgimiento de tensiones sociales, daños económicos ocasionados por la pandemia cuya gravedad no se previó, y perturbaciones relacionadas con el cambio climático y los desastres naturales.
“El deterioro de la confianza de los inversionistas es un grave riesgo para las perspectivas económicas. Si bien el estímulo fiscal ha sido necesario para amortiguar el golpe de la pandemia, el espacio fiscal se ha utilizado en gran medida y la deuda pública ha aumentado marcadamente. La capacidad crediticia se ha reducido en toda la región. La combinación de una arraigada desigualdad de oportunidades, la percepción negativa de la eficacia de los Gobiernos y el aumento de la pobreza podría reavivar los conflictos sociales, sostiene.
El Presupuesto General del Estado (PGE) 2021 perfila un crecimiento del PIB de 4,8%; prioriza la inversión pública para reactivar la economía del país, con menos recursos de años anteriores, y reduce el gasto corriente.
ECONOMÍA MUNDIAL
Entre tanto, la economía mundial se expandirá en un 4 % en 2021; la distribución de vacunas y las inversiones son clave para sostener la recuperación, señala una nota de prensa del órgano internacional.
Seguirá habiendo riesgos para el desarrollo en tanto que la actividad económica y los ingresos probablemente se mantendrán por debajo de lo normal durante un período prolongado, advierte.
Sin embargo, es probable que la recuperación sea moderada, a menos que los encargados de la formulación de políticas actúen con decisión para controlar la pandemia y apliquen reformas que aumenten las inversiones, según la edición de enero de 2021 del informe Perspectivas económicas mundiales que publica el Banco Mundial.
Aunque la economía mundial está creciendo de nuevo tras una contracción del -4,3 % en 2020, la pandemia ha causado un gran número de muertes y enfermedades, ha sumido a millones de personas en la pobreza y puede deprimir la actividad económica y los ingresos durante un período prolongado.
Las principales prioridades políticas a corto plazo son el control de la propagación de la Covid-19 y la garantía de una distribución rápida y amplia de las vacunas. Para apoyar la recuperación económica, las autoridades también tienen que facilitar un ciclo de reinversión destinado a lograr un crecimiento sostenible que dependa menos de la deuda pública, señala.
“Si bien la economía mundial parece haber entrado en una recuperación moderada, los encargados de la formulación de políticas se enfrentan a desafíos enormes ‘en materia de salud pública, gestión de la deuda, políticas presupuestarias, banca central y reformas estructurales’ al tratar de asegurar que esta recuperación mundial, aún frágil, cobre impulso y siente las bases de un crecimiento robusto”, afirmó David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial.
“Para superar los impactos de la pandemia y contrarrestar los factores adversos que afectan las inversiones, es necesario dar un gran impulso a la mejora del entorno empresarial, aumentar la flexibilidad del mercado laboral y de productos, y reforzar la transparencia y la gobernanza”, agregó.