En vista de que el gobierno de Luis Arce no tiene idea de lo que debe hacer, ni en el caso de las vacunas ni en todo lo demás, el exvicepresidente del cocalero Morales propone un plan de gobierno.
Las ideas no son, por supuesto, ni nuevas ni de él, pero han sido propuestas con el tono de un Lenin que acaba de encaramarse en el triunfo de los soviets, aunque su participación en la victoria no haya sido importante.
Propone entrar en una segunda ola de nacionalizaciones, asumiendo que la primera, la desastrosa de 2006, fue un éxito, y anuncia que se aplicarán más impuestos a las fortunas y que se obligará a los exportadores agrícolas a pagar más tributos.
Estas ideas tienen certificado de origen: el peronismo argentino con el sello de los Kirchner, a cargo de la más nefasta y corrupta de todas las gestiones que se han sucedido en ese país.
En el fondo, estas ideas reflejan una actitud muy severa contra las personas que operan en la actividad económica legal y que han tenido éxito en sus empresas, lo que también es una copia del peronismo.
Como si hubiera entendido el mensaje, es decir la nueva orden del día, el presidente Arce dijo ayer que su gobierno está enviando vacunas a Tarija, pero no para los ricos, sino para el pueblo.
Es la primera vez que alguien crea nuevas categorías para la aplicación de las vacunas. Hasta ahora se hablaba solamente de los mayores de 60, de 70, y más, sin importar sus niveles económicos. Pero ahora Arce propone diferenciar entre ricos y pobres, sin hablar de edades.
Al mismo tiempo, el presidente Arce muestra que tiene una gran confusión sobre esto de ricos y pobres. Y parece muy desinformado.
Un día después de que el gobierno de Estados Unidos anunció que estaba enviando 5 millones de vacunas a Bolivia, como donación, el presidente Arce dice que no hay vacunas para los bolivianos porque todas han sido acaparadas por los países ricos!!!
Es probable que el presidente esté sufriendo de tensión debido a que se debe ocupar un poquito de gobernar y también de hacer campaña para los candidatos masistas que no pudieron ganar las gobernaciones de cuatro departamentos.
Y es probable que sus lagunas y confusiones se deban a que él estaba acostumbrado a ocuparse solamente de autorizar gastos millonarios y compras multimillonarias, por las que quizá las empresas beneficiadas pagaron comisiones, que él debía distribuir entre los altos dirigentes del gobierno del cocalero.
Ahora deberá ocuparse de aplicar las instrucciones que, con mucha ligereza y con poses de iluminado, lanzó el exvicepresidente para llenar el vacío de ideas que advirtió en el gobierno.