EL DIARIO analiza la nueva política energética implementada por el nuevo presidente de Estados Unidos, Jose Biden, desde su acceso a la Casa Blanca el pasado 20 de enero de 2021, y el retorno al Acuerdo de País, y ahora con el anuncio de la implementación de una red eléctrica hasta Colombia.
Este medio consultó a Boris Santos Gómez Úzqueda, analista del sector energía y gas desde hace 15 años, máster en Administración de Negocios y docente de postgrado sobre las nuevas reglas de Energía de la administración Biden y su impacto en Latinoamérica.
Sostiene que Biden tiene un plan audaz para que lograr una economía 100 % movida por energía limpia. “Vale decir: reducir uso de fósiles, reducir la contaminación que ellos producen, generar electricidad desde renovables y lograr, hasta 2050, cero emisiones. Eso es audaz”, indicó Gómez.
Refirió a que la nueva política energética deberá cuidar aspectos relacionados a la industria de petróleo y gas -la tradicional y la de fracking- y “habrá que ver qué tipo de regulaciones establece, guardando siempre equilibrios políticos, laborales, ambientales, etc., para promover renovables y hacer de Estados Unidos ‘más verde’ pero sin ‘matar’ la industria petrolera que sigue generando importantes cifras a la economía”.
“La apuesta principal es investigación y desarrollo de tecnología, que continúe abaratando uso de renovables en la economía, proyectos de almacenamiento de energía y baterías para vehículos eléctricos, que es en realidad una punta de lanza principal de todo el propósito de la nueva administración de Estados Unidos al retornar, además, a los Acuerdos de Paris que buscan que grandes economías del globo, como Europa, Estados Unidos y China reduzcan significativamente las emisiones”, aseguró Gómez, que fue ejecutivo de importantes compañías y secretario de Energía de una Gobernación.
RED DE INTERCONEXIÓN
ELÉCTRICA DESDE
ESTADOS UNIDOS
Con respecto a la red eléctrica, Gómez opinó que es algo “muy destacado”, el proyecto entre Estados Unidos, inclusive Canadá, hasta Colombia, pasando por Centroamérica, para uso de industrias y hogares y que esa electricidad sea generada exclusivamente por fuente renovable: “eólica, solar, biomasa”.
“Ello implicará, además, planes para redoblar esfuerzos en producción de energía marítima”, agregó y sostuvo que ese es un primer paso para electrificar el transporte.
“Adicionalmente –desde la nueva administración de la Casa Blanca– entienden que además de la electromovilidad, son las instalaciones (edificios) del estado las que deben ser totalmente eficientes (desde uso de paneles solares para reducir la factura hasta domótica que les permita el ahorro real de energía)”, dijo Boris Santos Gómez Úzqueda.
El especialista también promueve la eficiencia energética que requiere una regulación específica y la modernización de la legislación de Electricidad y de Hidrocarburos.
Una gran parte de Latinoamérica estará en la necesidad de reformular sus políticas y principalmente sus legislaciones sobre energía para permitir tanto la generación desde renovables como la integración de compañías privadas e inversiones con estados en ese esfuerzo Continental.
“Estaremos pendientes a ésta iniciativa que –de darse en su total concepción– constituiría un verdadero modelo de integración energética entre empresas privadas, entre estados y gobiernos que apunten a una sola dirección: abaratar costos de generación de energía, acceso universal a la energía, reducción de emisiones y posibilidad de ampliar la base industrial, transporte y comercio de ciudades y países con electricidad generada a bajo coste y desde fuente renovable”, concluyó.
Chile y Brasil ya ingresaron a utilizar buses eléctricos para el transporte público, China también apunta a modificar sus líneas a energía más renovable. Desde organismos internacionales se promueven acciones para reducir los efectos del cambio climático a nivel mundial.