Mientras se vive este drama, el gobierno de Luis Arce solo atina a anunciar que invertirá 182 millones de dólares en nuevas conexiones de gas domiciliario... conexiones que pronto podrían quedar sin uso.
La idea es llevar discursos de promesas de conexiones a ciudades o barrios donde, preferiblemente, la gente no esté enterada de que el gas se acabará en cualquier momento, y agradezca a los demagogos.