Las medidas implementadas por el Gobierno como la certificación de abastecimiento de carne para exportar, y los decretos que permitían avanzar en los tiempos de los nuevos eventos mejorados para cuatro productos: caña, maíz, soya y algodón.
El certificado entra en vigencia a partir del primero de mayo de la presente gestión, cuya medida se aplica tras la protesta de la Confederación de Trabajadores en Carne de Bolivia (Contracabol).
La semana pasada brindaron una conferencia de prensa el directorio de Contracabol y señalaron que la carne subió de precio y obedecía a dos razones, a la exportación libre y al contrabando de a pie.
La medida aplicada por el Gobierno en contra de la exportación de carne recibió críticas muy duras, que en un momento delicado por la reducción de divisas, reflejado en la caída de las Reservas Internacionales Netas del Banco Central, el establecimiento del certificado era contraproducente.
Pero el Gobierno argumentó que la misma obedece a garantizar el abastecimiento del mercado interno, pero los carniceros en detalle igual salieron a marchar el pasado viernes, exigiendo la abrogación de los decretos de exportación.
Pero el contrabando también está golpeando a todo el sector agropecuario. Los carniceros en detalle solicitaron a las autoridades nacionales declarar al contrabando como un delito, debido a que esta actividad ilegal también afecta al sector.
El reclamo también vino de los industriales paceños a través de su presidente Pablo Camacho, quien dijo que el monto de las Unidades de Fomento a la Vivienda (UFV) debería bajar en monto para realizar una lucha efectiva.
El sector lechero también se pronunció contra el contrabando, ya que este habría reducido el mercado para la producción nacional en un 20 %, debido al ingreso de productos de manera ilegal y sin control sanitario, según el gerente General de Federación Departamental de Productores de Leche de Santa Cruz, Eduardo Wills, en contacto con este medio.
Los industriales nacionales también exigen mejorar la lucha contra el contrabando, ya que debido a esta actividad se reducen las empresas y los empleos formales, y provoca desempleo e informalidad.
DECRETOS
Asimismo, la Cámara Nacional de Industrias Oleaginosas de Bolivia, Caniob, a través de su Presidente Jorge Amantegui, expresó su posición sobre la abrogación de los decretos supremos que viabilizaban la posible implementación de OGM (Organismos Genéticamente Modificados), la regulación a las exportaciones cárnicas, el poco control del contrabando y la posible implementación de nuevos tributos que afectarían a las agro-exportaciones.
El ejecutivo de la Caniob señaló que “estas medidas no aportan a la reactivación económica, sino que afectarán al aparato productivo y agroindustrial, con impactos en las inversiones y, por tanto, en los empleos de los bolivianos”.
Amantegui añadió que “el sector agro industrial oleaginoso estaba esperanzado en la aprobación de semillas genéticamente mejoradas, ya que su aplicación incrementaría los rendimientos de granos de soya y con ello, a mediano plazo, las industrias podrían utilizar la totalidad de su capacidad de molienda, que hoy está en un 60 %”.
Con mayor producción de materia prima se aumentaría la elaboración de subproductos para el mercado interno, garantizando la seguridad alimentaria, y se contarían con mayores excedentes de productos exportables, que permitirán ingresar divisas al erario nacional para mejorar la economía de todos los bolivianos, complementó.
Consideró que “abrogando los decretos sobre OGM, incrementando las restricciones a las exportaciones de productos nacionales, no interviniendo sobre el contrabando y poniendo mayor presión tributaria a las empresas nacionales, se afectará las fuentes de empleos o se perderán, perjudicando en definitiva al ciudadano boliviano”.
“Es el momento de que el Gobierno Nacional escuche a todos los sectores productivos del país. De esa manera, podrá establecer políticas públicas y tomar decisiones que impulsen el desarrollo económico en beneficio de todos los bolivianos”, concluyó el presidente de Caniob.
Alimentos
Por su parte, el gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (Ibce), Gary Rodríguez, la semana en conferencia de prensa, reflexionó al indicar que lo aprendido de la pandemia y la cuarentena del año pasado, es que el mundo puede dejar de comprar minerales e hidrocarburos, pero nunca alimentos.
Recordó que la pasada gestión las ventas cayeron 1.900 millones de dólares, por caída de la demanda de minerales e hidrocarburos, que también afectaron a los precios, y ahora las Reservas Internacionales Netas se encuentran en la tercera parte de los que estaban en 2014.
Es enfático en asegurar que la mejor manera de incrementar las reservas del Banco Central es a través de la exportación, y el año pasado contra viento y marea el sector agropecuario creció en un 2 %.
“Las exportaciones tradicionales cayeron de una forma inusitada, pero el sector no tradicional hubo crecimiento en alimentos”, apuntó y resaltó que el año pasado batieron récord en la venta de carne al mercado asiático, China en especial, y no se incrementó el valor interno del producto.
La salida de la crisis del país, la recuperación del empleo, que se han perdido el año pasado, tiene que ver con el sector agropecuario, agroindustrial, agroexportador y sector forestal, destacaba.
Además, dijo que la exportación de carne viene de mucho trabajo con gobiernos, y es un esfuerzo que no puede ser paralizado, y es por ello que el sector agropecuario demanda condiciones para invertir más, para producir más, generar más excedente y más exportación.
Es por ello que mostró su preocupación por las medidas que impulsa el gobierno, pero también espera, qué en el caso de la biotecnología, tras la derogación de los decretos, sean sustituidas por otras que apoyen al sector, que canalice el uso de tecnología para asegurar la soberanía alimentaria.
Años
Con respecto a la carne, informó que se trabajó con las autoridades por más de 15 años para erradicar la fiebre aftosa, con el objetivo de abrir mercados, y se lo logró, y no es tiempo de retroceder.
Señaló que la pasada gestión se vendió cerca a 17 toneladas de carne de res al mercado internacional, y la venta alcanzó 70 millones de dólares.
Y esa transacción fue fruto de un trabajo sinérgico público privado, en beneficio del país, afirmó.