La pérdida de empleos provoca reducción de las ventas de las empresas, debido a que el número de empleados formales se reducen y no hay liquidez para adquirir productos, ya que los desocupados se dedican al comercio informal, situación que también afecta a las recaudaciones tributarias para el Estado, por evasión de aranceles e impuestos.
Camacho expresó su profunda preocupación por la intención de un aumento salarial por encima de la inflación registrada la pasada gestión, que fue de 0,67 %, que en criterio del sector empresarial la cifra no refleja pérdida del poder adquisitivo y, por lo tanto, no correspondería un incremento al salario.
El titular de los industriales paceños expuso nueve argumentos por el cual se debe congelar el ajuste salarial en 2021, ya que de aplicar el aumento afectaría a la generación de empleo formal.
Explicó que la economía nacional en 2020 experimentó una contracción económica del Producto Interno Bruto (PIB) en torno al -8 % y el sector industrial alrededor del -11 %, la mayor crisis después de los últimos 70 años, y que la inflación fue de 0,67 %, que evidencia el congelamiento de los precios de bienes y servicios en el mercado local.
Además, recordó que la pandemia de la covid- 19 destruyó 400 mil fuentes de trabajo en Bolivia y en el sector industrial 70 mil empleos de los 650 mil que genera la industria en el país. En La Paz se perdieron cerca de 20 mil fuentes laborales en el sector industrial.
Mencionó que el crecimiento del contrabando, por la devaluación de las monedas en países vecinos, destruye gradualmente a la producción con sello “Hecho en Bolivia”. En 1999 el contrabando llegó a 1.000 millones de dólares y en 2020 alcanzó a 2.300 millones. La actividad ilícita crece al doble de la economía.
Informó que en 2020 cerraron 15 empresas por día en el sector empresarial y 1 empresa por día en el sector industrial en el país.
Bolivia registra el quinto salario mínimo nacional más alto en Sudamérica, por encima de Argentina, Perú, Brasil y Colombia y ocupa el último lugar en productividad laboral en Sudamérica, remarcó.
Entre 2005 y 2020, el salario mínimo nacional nominal se quintuplicó (de Bs. 440 en 2005 a Bs 2.122 en 2020) y el salario mínimo nacional real se duplicó.
Producto de los incrementos salariales en los últimos años disminuyó el empleo formal. En 2013, los ocupados sin aguinaldo alcanzaron a 78,3 % y en 2020 aumentaron a 86,2 %, según datos del Instituto de Estudios Avanzados en Desarrollo (Inesad – 2020), mencionado en la exposición de Camacho.
Agregó que por cada punto de incremento al Salario Mínimo Nacional se pierden alrededor de 10 mil empleos formales, y que recién en 2023 la economía boliviana registrará el tamaño del PIB que alcanzó en 2019 si crece a tasas superiores del 4 % anual.
Los efectos de un ajuste salarial en 2021 promoverán la informalización del empleo por el incremento de los costos laborales formales; el desincentivo a la creación de nuevos empleos formales y a la formalización de actividades económicas, desindustrialización del aparato productivo, incertidumbre para la inversión y producción con sello “Hecho en Bolivia”, con la consiguiente reducción de las recaudaciones fiscales, explicó Camacho.
La pequeña, mediana y gran industria experimentarán los efectos recesivos de un incremento salarial.
El presidente de los industriales paceños reiteró que, en 2021 en lugar de un ajuste salarial, se deben promover políticas públicas de reactivación, entre las cuales citó la lucha al contrabando, la reducción de la tramitología en el sector público, la creación de un Fondo de Garantías y Créditos Estatales, el impulso de zonas económicas especiales con incentivos fiscales y el impulso del consumo con sello “Hecho en Bolivia”.
El miércoles pasado, la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB) se pronunció al respecto del aumento salarial, y señaló que de darse el mismo, reducirá el empleo formal, y el desempleo aumentaría a nivel nacional.
Es por ello que expresó su rechazo a la ausencia de participación del sector privado, a través de un comunicado, argumentando que los datos del panorama económico en el país muestran una realidad que dista, sustancialmente, de una reactivación económica.
El Gobierno Nacional, pese al tiempo transcurrido y nuestras permanentes solicitudes de diálogo, no ha adoptado medidas suficientes destinadas a la reactivación y protección del sector productivo y el empleo, de tal suerte que todavía, el país espera definiciones orientadas al establecimiento de un programa sostenible y viable, que permita recuperar nuestra cotidianeidad, en condiciones de mediana normalidad, señala el comunicado.