Ese organismo financió iniciativas de desarrollo en sectores como agua y saneamiento, infraestructuras, pequeños y microempresarios, digitalización; además de apoyo presupuestario a países miembros, según un comunicado de prensa.
“CAF es un socio incondicional del desarrollo de América Latina, y muestra de ello es el récord de aprobaciones que hemos realizado en un año complicado como ha sido el 2020. Además de responder de manera rápida y oportuna a las necesidades de financiamiento externo ocasionadas por el Covid-19, hemos continuado nuestro apoyo en áreas clave del desarrollo y estamos reforzando a la institución para ofrecer mejores servicios técnicos y financieros a nuestros países miembros”, dijo el presidente ejecutivo de CAF, Luis Carranza Ugarte.
La acción integral de la CAF, para apoyar a sus países miembros a enfrentar la pandemia, se evidenció inicialmente de manera ágil y oportuna con recursos de cooperación técnica no reembolsables por hasta $us 400 mil por país; seguido por la línea de crédito regional para eventos extremos del clima, sismos, accidentes contaminantes y epidemias por 340 millones; y posteriormente préstamos por 4.100 millones de la línea de crédito contingente regional de apoyo anticíclico para la emergencia generada por el Covid-19.
A esas iniciativas se sumó el apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas con al menos 1.600 millones de dólares, mediante bancos de desarrollo local para impulsar su internacionalización, innovación e integración productiva y de esta manera promover el empleo formal y la recuperación económica de la región.
Asimismo, en el marco de la reactivación económica, el Directorio de la CAF aprobó una facilidad por 1.200 millones de dólares denominada Programa de Apoyo a Empresas de Servicios Públicos, dirigida a empresas prestadoras de los servicios públicos de energía eléctrica, gas y agua, para atender las mayores necesidades de liquidez de los prestatarios generadas por la pandemia.