Según la edición de enero de 2021 del informe Perspectivas económicas mundiales, la recuperación será moderada. No solo la producción mundial será muy inferior a los niveles anteriores a la pandemia, sino que incluso este modesto repunte podría malograrse por una serie de riesgos, entre ellos las interrupciones en la distribución de las vacunas o la turbulencia provocada por la enorme deuda acumulada en muchos mercados emergentes y economías en desarrollo.
Los espacios fiscales de los gobiernos quedaron reducidos por la pandemia, ya que la desaceleración de la economía mundial redujo las ventas, y por ende los ingresos económicos, y también los tributos internos por los confinamientos aplicados.
Las autoridades nacionales proyectaron una caída del Producto Interno Bruto (PIB) de -8%, mientras los organismos internacionales señalan un promedio de 7%; pero para esta gestión estiman un crecimiento de 4,8% y más del 5%.
Sin embargo, dependerá de la reactivación internacional, y en el caso especifico de Bolivia, de los precios internacionales del petróleo en el mercado internacional, que está muy ligado a los valores de gas exportados a Brasil y Argentina.
Las autoridades nacionales indicaron que el crecimiento dependerá del contexto internacional, pero que están optimistas ante la nueva normalidad de la economía internacional.
Impulsar
El documento del Banco Mundial señala que para orientar e impulsar esa frágil recuperación de la salud pública y la economía, será crucial contener la pandemia y lograr una distribución rápida y amplia de las vacunas, a pesar de los impedimentos logísticos que existen en muchos países en desarrollo.
Si bien se deberá seguir apoyando a las empresas y los hogares, esta asistencia se verá restringida por un espacio limitado para políticas fiscales y monetarias.
Los países acuden al financiamiento externo para combatir la pandemia y apoyar a las familias y empresas. Bolivia acudió el año pasado al Banco Mundial y a la Caf para el pago del Bono Contra el Hambre, y recientemente volvió acudir a estos organismos para la contratación de personal médico y la compra de insumos médicos.
La deuda del país, con datos a junio, alcanzaba a 11.300 millones de dólares, todavía se desconoce la cifra oficial con la que cerró el país en 2020, pero se estiman los economistas que haya pasado los 12.000 millones.
Avances más lentos
Las cifras son alarmantes y los desafíos son abrumadores. Se proyecta que la economía mundial crecerá un 4 % en 2021 después de una contracción del 4,3 % el año pasado, la cuarta recesión mundial más profunda en los últimos 150 años, solo superada por aquellas relacionadas con las dos guerras mundiales y la Gran Depresión.
Mientras que para Bolivia proyecta un crecimiento de 3,9% para este 2021 del Producto interno Bruto, pero para el 2022 baja la estimación a 3,5%.
control
Por su parte el informe señala que la recuperación de este año supone que las medidas de control reducirán las tasas de infección y que el proceso de vacunación se acelerará para que la cobertura sea generalizada en todo el mundo hacia fines del próximo año.
Se espera que la producción en las economías de mercados emergentes y en desarrollo crezca un 5 % este año, pero esto tras los impactos económicos que echaron por tierra al menos 10 años de crecimiento del ingreso per cápita en más de una cuarta parte de los países de este grupo.
A pesar de la recuperación del crecimiento, este está muy por debajo del ritmo previo a la pandemia. Además, se prevé que los ingresos per cápita serán más bajos en la mayoría de estos países, un signo del impacto en la reducción de la pobreza causado por la pandemia.
Es probable que los impedimentos logísticos en la distribución de las vacunas, que podrían retrasar el proceso de vacunación hasta en un año en comparación con las economías avanzadas, representen un importante obstáculo para la actividad económica.
Incertidumbre
y riesgos
A pesar de los pronósticos de crecimiento, si todo marcha razonablemente bien, las perspectivas siguen siendo muy inciertas y una serie de resultados diferentes son posibles, advierte el informe.
Un escenario a la baja en el que los casos se disparen a comienzos de este año, siendo necesarias más restricciones en la actividad, y en el que el proceso de vacunación se retrase, conduciría a una recuperación más débil y prolongada con un exiguo crecimiento mundial de 1,6 %.
En caso de que las condiciones financieras se endurezcan drásticamente y las autoridades no sean capaces de controlar las tensiones financieras y los incumplimientos generalizados, se podrían producir crisis financieras, que posiblemente causarían una reducción de los ingresos en todo el mundo durante otros 12 meses.
En Bolivia se aplicaron diferimientos de pagos de tributos y de créditos en la banca. El sector de pequeños emprendedores y el transporte solicitaron ampliar la medida en el sistema financiero, pero el Gobierno advirtió que de dar curso al pedido las entidades hubieran sido afectadas en su liquidez.
Deuda
Asimismo, entre las preocupaciones principales que se consideran en las perspectivas, es de qué manera la pandemia exacerbó aún más los riesgos relacionados con la deuda que ya habían encendido señales de alerta incluso antes del inicio de la Covid-19.
La deuda se puede usar para financiar inversiones que impulsen el crecimiento. Además, la pandemia ha creado la necesidad de préstamos a gran escala para financiar numerosas medidas de apoyo fundamentales.
Sin embargo, los periodos anteriores de rápida acumulación de deuda están plagados de estimaciones negativas, y la magnitud y velocidad de la reciente acumulación de deuda genera inquietudes sobre la sostenibilidad de la deuda.
Los encargados de la formulación de políticas deberán equilibrar la relajación de las medidas de apoyo fiscal y asegurar la sostenibilidad fiscal cuidadosamente para evitar el retiro prematuro de las medidas de respaldo que se necesitan.