YPFB, con la suscripción de estos nuevos contratos, iniciará las actividades exploratorias en las áreas mencionadas, a partir de 2022, con el objetivo de incorporar nuevas reservas hidrocarburíferas, que de ser positivas se traducirían en una renta petrolera estimada de 1.347 millones de dólares.
El vicepresidente de Administración, Contratos y Fiscalización de la empresa estatal, Armin Dorgathen, informó que la perforación se podría ejecutar el 2023 y el 2024, si los resultados de los pozos exploratorios son positivos.
Dijo que cada pozo exploratorio recibirá una inversión de 20 millones de dólares, pero si los resultados son positivos la cifra se incrementará, o se multiplicará exponencialmente, ya que se perforarán muchos pozos. Recordó que el pozo exploratorio es un riesgo.
“YPFB, como empresa encargada de realizar actividades de exploración y explotación en Bolivia, logra consolidar nuevas oportunidades de negocio con empresas internacionales del sector hidrocarburífero para reactivar la economía del país, habiendo cerrado la negociación de tres nuevos contratos de servicios petroleros con esta empresa”, indicó
Además, agregó que “estos tres nuevos contratos nos muestran que Bolivia es un país con seguridad jurídica, en el que se puede invertir, porque estamos hablando de una empresa internacional de capitales extranjeros y estamos mostrando que nuestro plan de exploración, como lo estamos trabajando, está dando frutos”.
Jorge Martignoni, gerente general de Vintage Petroleum Boliviana Ltd., indicó que “es un gusto finalizar la negociación de los tres contratos que venimos trabajando desde 2019 con una gran aceleración por parte de las dos empresas, éste es el final de la negociación y comenzaríamos un nuevo proceso de aprobación interno como externo, esperando buenos resultados tanto para YPFB como para nosotros”.
A los contratos, seguirán las aprobaciones y autorizaciones en las instancias correspondientes para su suscripción, conforme lo establece la Constitución Política del Estado.
Estas zonas tienen características interesantes por el potencial que proyectan. Por ejemplo, Carandaiti, en Tarija, apunta a una inversión aproximada de 194 millones de dólares. Para Sayurenda, que está en Chuquisaca, se prevé un contrato con una posible inversión de 57 millones. Yuarenda se encuentra en una zona no tradicional de Santa Cruz y para este contrato se estima una inversión aproximada de 252 millones.